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El reencuentro, luego de dos años de pandemia y cuidados… El Reencuentro de miles y miles en las calles, en la Plaza de Mayo, recordando a los 30 MIL DESAPARECIDOS y la presencia arrolladora de jóvenes de distintas organizaciones sociales, políticas y familias y el deseo de vivarlos en una jornada histórica que los nombra una a uno, PRESENTES!
Con una mezcla de bronca, porque los arrancaron de la vida, a ellos/ellas, los mejores de una generación solidaria y formada, que venía a cumplir axiomas de mundo mejor, mundo compartido, pan compartido. No los dejaron. Molestaban. Molestaba darle conocimiento en una barriada pobre o una villa. Dónde un marginado iba a recibir clases de danza-teatro al estilo de María Fux. Y pasó. Y aprendieron, pero molestaban a la élite , y sus adláteres, civiles, eclesiales y serviles al poder de turno. Saben que si, eso pasó en Colegiales, en La Villa, quien daba esa clase, Marité Pinasco, de la Escuela de María Fux, y pagó con su físico y su salud toda su entrega para generar un mundo más equitativo, más humano. Y la vimos pasar casi corriendo, muchas, tantas veces, corriendo de un horror que se llevó miles de vidas jóvenes porque imperaba la sinrazón y el odio, el silencio… los murmullos, «algo habrán hecho», «los argentinos somos derechos y humanos», entre variadas consignas marcadas a fuerza de repetición, la gota que orada la piedra…
Y así nuestra obligación de saber, sí saber, que cualquiera era enemigo si lo disponía la maquinaria de la muerte que pretendía un mundo de subordinados, cabeza gacha.
Los centros clandestinos aumentaban y también el número de «desaparecidos» NN, copiado a los franceses, sin documentos ni forma de reconocerlos. Pero se habían olvidado que, como el ladrón vuelve al lugar del delito, los cuerpos arrojados al río, volvían a nuestras fronteras y allí se recogían y ocultaban, en fosas comunes, y así nació el Cuerpo de Antropología Forense que por el ADN y su labor ciclópea fue desentrañando la madeja, hasta hoy que el Hilo de Ariadna hace posible el encuentro de familiares a partir de una muestra genética. No pudieron, no pueden tapar lo siniestro, del que sólo se ve la superficie de un plan de exterminio y apropiación.
Este 24 más que nunca miles de jóvenes marcharon de la ESMA a Plaza de Mayo, dando un Presente masivo, contundente. Las plazas de pueblos en todo nuestro territorio tuvieron su acto recordatorio…. contrario a los tiempos de la dictadura, hoy el abanico se va abriendo, más y más, LA MEMORIA YA ES COLECTIVA. Pese a quien le pese.
Sin Madres de Plaza de Mayo como colectivo fundador del resto, estaríamos en muy dispar situación. Pero Ellas, las Mujeres Coraje supieron sacar la fuerza acaso del pañal que llevaban en sus cabezas para reconocerse, los primeros meses, tiempos, ellas las de Pañuelo Blanco y la Dignidad dieron y parieron los otros movimientos, y la presencia que nunca faltó ni falló, La Liga Argentina por los Derechos del Hombre. En ellos nombramos a Abuelas de Plaza de Mayo, y una búsqueda que no cesa. Muchas de ellas han partido, sin faltar los miles de jueves en la Pirámide de Plaza de Mayo. Nunca se cansaron. Y hoy que el recambio generacional es un hecho, ellas siguen siendo el ariete que rompe pactos de silencio y obscenidades como la venta encubierta de bebés… vuelos de la muerte y sus cómplices, empalamientos y torturas demenciales, ellos, los cómplices lo saben, que llegó la hora de pagar por el horror cometido.
El pueblo, que es sabio conoce que cuando despierta la conciencia colectiva no hay marcha atrás.
Y los tiempos urgen. En la búsqueda de Tehuel, las pancartas avanzan, y sus jóvenes portadores, nada bajo la alfombra. Entre tantos cánticos y abrazos de reencuentro los barbijos guardaron respetuoso silencio, ni puñitos, ni opciones parecidas. Ondeaba la celeste y blanca y eran miles de miles, moviendo la marea humana que no olvida ni perdona.
«¡Treinta mil compañeros desaparecidos!
¡Presentes!
¡Ahora!
¡Y siempre!
¡Ahora!
¡Y siempre!
¡Ahora!
¡Y siempre! «
