El 30 de agosto de 1857 es inaugurada nuestra primera red ferroviaria. La que uniría la Estación Del Parque (actual Plaza Lavalle) con el actual barrio de Floresta, en un trayecto de media hora. «La Porteña», la emblemática locomotora había hecho el primer viaje el día anterior, cómo prueba sin acceso al público general, que se dispuso para el día 30. Así nació el hoy Ferrocarril Sarmiento. Por ésto hoy conmemoramos «el Día de los Ferrocarriles Argentinos».
Con una multitud entusiasta y un día que acompañaba la inauguración, en medio de adornos para la ocasión, se vivía con intensidad ese momento histórico. El silbato de La Porteña, anunció su partida. Entre aplausos y vítores comenzó a rodar. Su recorrido de 30 a 40 minutos terminó en La Floresta, el pueblo de destino, reunido para darle la bienvenida al tren y celebrar tan magno acontecimiento.
La particularidad del Ferrocarril Oeste de Buenos Aires: fue construido en Argentina en la
compañía Talleres Británicos The Railway Foundary Leeds, quien realizó el primer viaje. La propuesta de su construcción estuvo a cargo de particulares que conformaron la sociedad Camino de Hierro del Ferrocarril Oeste. Su financiamiento estuvo a cargo de la provincia de Buenos Aires, que en aquéllos días formaba un estado independiente de la Confederación Argentina hasta que, en 1863 la provincia se convirtió en la única dueña del ferrocarril. Este se transformó en uno de sus orgullos. Por 27 años perteneció al Estado de Buenos Aires. Eficiencia unida a tarifas reducidas, la diferenciaban de los demás ferrocarriles administrados por compañías inglesas.
La presión e interés de los capitales británicos conjuntamente con el endeudamiento del Estado Argentino, fueron las que determinaron su venta en 1890 a la empresa inglesa Buenos Aires Western Railway. Existen versiones diferentes. A diferencia de otros historiadores: Raúl Scalabrini Ortiz afirmaba en su «Historia de los Ferrocarriles Argentinos» (1940), que había sido construida para la India, é incluso empleada en Sebastopol, durante la Guerra de Crimea. La difusión que tuvo la trocha ancha entre nosotros (poco habitual en el mundo), se debe a aquella fortuita circunstancia.
Al transcurso de los primeros meses de 1855, llegaron desde Europa técnicos y operarios que rápidamente iniciaron las obras para su construcción. Se fue dilatando la misma, por diferentes problemas, entre ellos lluvias intensas que impedían el trabajo y alargaban los plazos. De acuerdo a contratos, la obra debía terminarse en enero de 1857. Recién en agosto quedó terminada la obra. Las lluvias socavaban los terraplenes y debía esperarse un tiempo para comenzar los trabajos de nuevo.
Un carro que tiraban 30 bueyes llevó la locomotora a la estación. Pesaba 15.750 kg. y desarrollaba una velocidad de 25 km/hora. Permaneció en actividad hasta agosto de 1889, y por diez años se utilizó sólo para maniobras.
Dónde podemos encontrarla hoy.
«La Porteña» se exhibe hoy en el Museo Provincial de Transporte que forma parte del Complejo Museográfico Provincial «Enrique Udaondo» de la Ciudad de Luján, junto con uno de los vagones de madera que acompañaba su trayecto.
Data tomada de SUTEBA