Mucho más allá de posiciones o posicionamientos varios, el destino de los terrenos ferroviarios de la estación Colegiales tiene mucho que ver con su futuro y por extensión de la Comuna 13. Afirmación que echa por tierra aquellos posicionamientos antedichos.
Por otro lado, una decisión acertada puede al menos hacer de Colegiales un barrio integrado y no como se fue dando desde tiempos inmemorables en un antes y un después del paso a nivel siendo uno hacia la Av. Alvarez Thomas y otro muy distinto hacia Cabildo.
Estos renglones precedentes en forma por lo demás muy breves pretenden no ser la expresión más acabada pero sí a muy grandes rasgos mostrar una realidad esquiva para nuestra zona.
No muy lejos de este punto, más precisamente en Chacarita, en el cruce Guzmán y Concepción Arenal hace largas décadas atrás, el arquitecto Don Fermín Beterbide proponía usar parte del terreno disponible en función de las necesidades sociales de aquel entonces y que a fuerza de decir verdad, mucho no diferían con las actuales en cuanto sea la posibilidad de acceso a la vivienda propia de los más negados: sectores medios, medios bajos y bajos que no pueden acceder a créditos banacarios dado los intereses usurarios u otras condiciones leoninas de las entidades financieras.
Don Fermín Bereterbide propuso, en términos generales, usar los terrenos en función de las necesidades de los vecinos o de los ciudadanos quedando exenta la especulación inmobiliaria.
No solo propuso sino que concretó su pensamiento en Chacarita, Parque de los Patricios, Flores y otros barrios capitalinos.
Quien visite el Barrio Parque Los Andes podrá comprobar una construcción edilicia que propone la utilización del suelo en función del cuidado ambiental, los departamentos amplios que miran hacia un parque común en donde podrán jugar los niños, los jóvenes o conversar los habitantes del complejo habitacional.
A esto sin un rigor profesional que no viene al caso manifestarlo ahora, es usar un espacio disponible en función de las necesidades de los vecinos quedando exenta la especulación.
Volviendo al tema los terrenos de la estación Colegiales ubicada ésta en Federico Lacroze entre Crámer y Moldes, que cuenta nada menos que siete (7) hectáreas.
Lo primero que se nos ocurre preguntar es si no habrá alguna posibilidad de consensuar las distintas posiciones privilegiando las necesidades generales por encima de intereses sectoriales, particulares, etc.
Siete (7) hectáreas es una medida del terreno que no sólo podría permitir ese consenso sino que además es una medida generosa para este particular.
No debemos perder de vista que estamos ante una posibilidad real para lograr la identidad socio-cultural común entre un antes y un después del paso a nivel de la estación: hacia Cabildo y hacia Alvarez Thomas para comentar la situación en términos reales.
Este punto es particularmente importante y necesario porque de alguna manera es integrar al barrio.
Este hecho más la extensión generosa de las medidas del terreno impone en principio una compulsa de ideas sin pensar en la defensa de intereses sectoriales, etc.
Por otro lado, nos preguntamos si la construcción de un espacio verde en forma exclusiva no dejará puntos para solucionar en el futuro.
Todas las posiciones son importantes pero resulta necesario priorizar el bien común, las necesidades habitacionales de sectores olvidados, entre otros aspectos imposibles de negar.
Obviamente, mucho más es lo que se podría decir habida cuenta que no termina acá este fundamental asunto.
Pero lo básico es privilegiar el interés general por encima de otros intereses.