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CARLOS MALBRAN Y SU OBRA (1862-1940)

En otra página de este mismo portal desarrollábamos la época en que le tocó dar testimonio a este inmenso y noble médico. Seguramente debimos agregar que en aquel Buenos Aires castigado de una epidemia tras otra luego de Caseros de 1852 en donde el asfaltado de las calles juntaban excrecencias mezclándose el agua de pozo con el que se utilizaba para cocinar con todo lo que esto significa, con la llegada en masa de la corriente inmigratoria en el período 1880 – 1930 y uno de los inventos más atroces que sólo puede ser posible por la avaricia de las minorías del lujo, el conventillo, sin ninguna medida de índole preventiva en lo sanitario y en lo ambiental mostrando el hacinamiento de la familia en piezas de cuatro metros por costado, en aquel Buenos Aires de fines del Siglo XIX quedaba todo por hacer.

No fue casualidad precisamente que muchos grandes médicos quedaran en nuestra historia tal vez como los ángeles guardianes de la salud de la población; no fue por nada que los Dres. Penna, Argerich, Pirovano, entre muchos otros, quedarán en el pergamino de las grandes obras sanitarias. No fue gracioso que el Dr. Guillermo Rawson alertara del peligro en aquella época de la ciudad sin el más mínimo concepto de lo ambiental.

Tanto fue así que ni siquiera el descomunal esfuerzo de los mencionados no pudo evitar las pestes, las enfermedades y demás pandemias que azotaban a Buenos Aires por aquellos tiempos.

La obra del Dr. Carlos Malbrán mayúcula por cierto y en una apretada síntesis podemos citar:

En enero de 1888 fue enviado por el gobierno argentino para estudiar el uso de los sueros contra la tuberculosis y la difteria en el Instituto de Higiene de Múnich, bajo la dirección de Max Joseph von Pettenkofer (1818-1901), y en el Instituto de Higiene de Berlín, con Robert Koch (1843-1910).2​4​ Representó también a su país en varios congresos internacionales sobre las principales enfermedades contagiosas y parasitarias, incluyendo la peste bubónica y la malaria.​

Tras su regreso en 1889 fue nombrado miembro de la Comisión de Buenos Aires para la Gestión de Residuos y en 1892 se convertía en el primer Inspector Técnico de Higiene de la Municipalidad.​ Fue nombrado también jefe de trabajos prácticos de Anatomía Patológica y luego profesor suplente de la misma materia» (fuente: wikipedia org en español)

Más luego este mismo portal nos sigue ilustrando sobre su obra:

Fue el fundador de la cátedra de Bacteriología en la Facultad de Ciencias Médicas, inaugurando el curso en el año 1897. Desempeñó dicha cátedra hasta 1920.​ Fue posteriormente consejero  y vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.​

Malbrán fue el principal propulsor de la salud pública de su país y trabajó también en la prevención, profilaxis y tratamiento de la malaria, el quiste hidatídico y la lepra.

En 1899 presidió la delegación argentina para colaborar ante el brote de peste bubónica en Paraguay.

En enero de 1900 fue designado presidente del Consejo de Higiene. El semanario Caras y Caretas lo calificó entonces de «uno de los médicos jóvenes del país que más se han distinguido en estos últimos tiempos por su preparación y su actividad»

Entre otras obras el Dr. Carlos Malbrán fue un luchador sin descanso en aquellos momentos de la epidemia de fiebre amarilla, un hecho al que se le debe dar el reconocimiento indicado.

La obra del Dr. Carlos Malbrán ya sea en el plano nacional o internacional fue tan vasta que es imposible señalarla en una sola entrega. Volveremos en otra estimando que así debe ser para cumplir con quien podemos decir que fue uno de los próceres sanitarios del Siglo XIX.

Fuente: Wikipedia org.

Publicado en nuestro medio 2.08.2018

 

 

 

 

 

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