La llamada «Ciudad Feliz», tenía una superficie calculada en manzanas: 50, Todo un territorio. Al tiempo su nombre se troca en «Villa del Parque», debido a ser próxima al conocido Parque Agronómico. Su fundación data de noviembre de 1908.
Casi un paraje en aquellos días de 1912, lugar de pastoreo, llegando a los bañados del río Salado, tuvo un primer fundador, Don Juan Starder.
Comienzos de época casi pastoril, como lo eran aquellas tierras, comenzó a poblarse y su urbanización a lo largo y ancho de sus 50 manzanas, comenzó a convertirse en poblado, Como Don Antonio Cambiasso, y su casa quinta en la actual calle Campana.
Como notas se registran: el llamado Palacio de los Bichos y la Parroquia de Santa Ana (cercana a la estación del ferrocarril San Martín).
Hoy el Barrio de Villa del Parque cumple sus 115 años. Nada queda de la zona poblada de casas quintas, sí su verde exuberante y necesario que llena sus calles y plazas.
Está limitado por las calles: Joaquín V. González, Miranda, las avenidas Álvarez Jonte, San Martín, Francisco Beiró.
De las tierras que se habían rematado hasta construír sus 50 manzanas en bellos chalets y casas quinta, se transforma en la zona que es hoy, con importantes áreas comerciales y centros comerciales, acordes a la importancia que revisten sus locales. a lo largo de sus avenidas.
Su tranquilidad y amplitud la hicieron la elegida por nombres de nuestra cultura cómo: Julio Cortázar, uno de nuestros escritores más admirados y leídos, el autor de Rayuela, Bestiario, Cronopios y tantos otros que hoy pertenecen al imaginario de cualquier ciudadano del mundo, tal su atemporalidad, que vivió en Bélgica y Francia hasta su muerte.
El inolvidable Julio Sosa, que vivió en la calle Helguera al 2400, siendo un ídolo del tango, inolvidable el Barón del Tango.
Guillermo Franchella también vivió en sus comienzos en el barrio.
Lugares icónicos de Villa del Parque.
El Palacio de los Bichos conserva su leyenda.
Este edificio es fielmente seguido de su historia, cierta o leyenda urbana. Los años han agrandado la historia posicionándose en leyenda urbana a la fecha.
Otros dos nombres más agradables son: Palacio de los Pájaros y Castillo de Villa del Parque.
Con arquitectura ostentaba gárgolas y pájaros, animales fantásticos y más; Campana y Tinogasta el lugar de su enclave. Que lo hace tener la vigencia que ostenta. Que morbo, o qué hondo misterio le cabe a la mansión, que hoy se encuentra representada en el escudo del afamado barrio.
Un noble de origen italiano, Don Rafael Giordano mandó construir la mansión. que constaba de cinco pisos como regalo de bodas para su hija Lucía Giordano, que iba a casarse con un violinista de nota: Angel Lemos. La construcción fue otorgada al arquitecto Muñoz González, que terminó la obra mucho antes de lo previsto.
Terminadas las obras y sus virtuosos rasgos, se pensó en celebrar allí la fiesta de los jóvenes, su casamiento.
El 1º de abril de 1911, cuando la fiesta arreciaba y la alegría llenaba los pisos. Al finalizar la velada los novios – los esposos – se retiraron hacia el carruaje que los esperaba al otro lado de la vía para conducirlos hacia su luna de miel. Por las cercanas lluvias torrenciales que había vivido Bueno Aires lejos de imaginar la tragedia, desde la mansión se saludaba todavía a la pareja, la zona estaba anegada y los novios no vieron al tren que se acercaba… Los padres de la joven no pudieron salir de su duelo, en una gran depresión, decidieron tapiar la augusta casa, y regresaron a su pueblo natal: Sicilia. No regresaron a la propiedad.
Pero, nada hacía suponer los hechos fantasmagóricos que se sucederían diez años después. Esto comentan los vecinos de entonces. La música llenaba la casa en forma estruendosa, por las madrugadas, sumados a gritos de terror, sonidos extraños, siluetas que danzaban y melodías que detenían su curso en el momento exacto de la tragedia, coincidiendo con el paso del tren. La leyenda del palacio y su trágica historia de amor. Sus muros clausurados y un amor que no fue.
Hoy en él se encuentra una edificación de departamentos, que tienen cinco pisos, que incluye un spa en planta baja, salón de hidroterapia. Desde los años 90, se instaló una casa de té y que dio lugar al actual edificio. No prosperó la gestión de los vecinos para convertir este solar en museo.