Por María Isabel Britos
Gabriella Roncoroni había nacido en Milán, el 4 de octubre de 1924, en una aristocrática familia. Ahora sabemos que fue la excusa perfecta para su rebeldía innata, el porque la convirtió en su muletilla y excusa perfecta para preguntarse, preguntar. Por Qué vivir en medio de guerras y horrores, dentro de un castillo con gente que la acompañaba y servía, tan lejos de sus familiares, porqué estaba sola en medio de tantos lujos, porqué los silencios y el mundo en guerra y ella continuamente servida como una princesa.
Hoy, Gabriella es signo de resistencia, saber, impulsar, compartir, puente entre culturas y tiempos insensatos, lúcida, iconoclasta y sabia, con religiosidad sin convenciones, el nexo que la llevaba a encontrarse con los pares, hombres y mujeres de cualquier parte del planeta que buscaban cambiar los cosificado del mundo «culto», y fue así que peldaño a peldaño se convirtió en ícono dentro de una geografía, vaya paradoja, no por cambiante en su exterior, ostentaba una crisis de valores, digamos antivalores, que fueron su motor y obcecada locura, que sí pudo lograr hasta la fecha: dejar el camino abierto para quienes quieran recorrer sus riscos y abismos, que invariablemente los alzaría en un triunfo colectivo.
LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ. LA EDUCACIÓN EN VALORES.
En Chacarita, La Escuela del Siglo Nuevo, con todos los ciclos, La Biblioteca Pío Roncoroni, son hitos y referencia de un trabajo mancomunado que dio y da frutos de una cultura urgente: la necesidad de reconocernos pasajeros del mismo barco o nave planetaria, se trata de la vida y de qué lado estamos en estas postrimerías de tiempo planetario. Esta vez, un cambio y fin de era está llamando a las puertas.
Y por ende la Familia Roncoroni-Christeller está a la altura y exigencia de las necesidades que demanda este tiempo, como lo demuestra la misma Escuela, la Biblioteca y las bondades de un saber ancestral, que lleva en su ADN, nuestra querida Irupé Christeller.
Hoy más que nunca su legado de Humanismo sigue siendo esa joya accesible que nos invita a conjugar el Verbo por excelencia, hablamos del AMOR y de la reciprocidad que, como contrapartida trae aparejada: LA PAZ.
Nosotras, nuestras familias y el barrio, somos parte, nos sentimos parte de este Proyecto Planetario.
QUERIDA GABRIELA, GRACIAS POR TANTO.
CHACRITA DE LOS COLEGIALES, MARZO DE 2025.
POR EL BIEN DE TODA LA HUMANIDAD.
Sueño con un mundo en que cada niño sea reconocido digno de la máxima excelencia educativa, que los que se gradúen puedan ser llamados «su santidad» y que no deban verse en exilios-santidades exiliadas- sino que puedan moldear entre todos un planeta de Paz, de no – violencia, de comprensión: una humanidad gentil.
Gabriella Roncoroni.
