SOBRE EL BUENOS AIRES SIGLO XXI

Cada momento tiene sus particularidades y muchas de ellas, posteriormente,  se trasladan a otro a la forma de un condicionamiento o antecedente de aquello que va a suceder.

Desde hace tiempo que venimos sosteniendo que se complica la elaboración de medidas públicas  si no se concibe a Buenos Aires como un área metropolitana superponiendo los límites administrativos incluso a la racionalidad. Pero lo que es peor, es el vecino quien paga en calidad de vida las desavenencias dirigenciales.

Quien nos sigue en las redes sociales o con la lectura de este portal habrán comprobado el continuo llamado al consenso dejando para otra oportunidad las simpatías o antipatías que nos puede despertar una u otra administración, cosa que parea nosotros el grado de adhesión a una u otra es absolutamente secundaria cuando se trata de las necesidades de los vecinos independientemente donde habiten, nacionalidad, etc.

La seguridad o inseguridad para expresarlo en términos exactos no puede ser tratada en forma aislada y no se trata de militarizar ahora cuando prácticamente no hay otra alternativa. Se trata sí de proyectos a largo plazo y tal vez, podemos equivocarnos, de conformar una suerte de gabinete, consejo e incluso parlamento si fuese necesario, de la ciudad metropolitana.

Hace unos años explotó en forma salvaje el tema narcotráfico cuando las políticas de ajuste por el ajuste mismo y con la devaluación salvaje que le siguió a la huida del ex Presidente Fernando dela Rúa, hizo añicos un proyecto que venía desde la cleptocracia instalada en 1989.

Las Madres contra el miedo, estas célebres señoras tanto como las Madres de Plaza de Mayo son la versión moderna por la defensa de los derechos humanos. Ellas también reclaman por sus hijos contra una fuerza que de acuerdo a sus necesidades hace desaparecer una u otra de las drogas para obtener ganancias o nuevos mercados.

Las Madres contra el miedo o contra el paco deben recibir el mismo trato que las Madres de Plaza de Mayo porque todas, unas y otras, están defendiendo los derechos humanos de primera, segunda, tercera y cuarta generación.

Así como ayer nomás desaparecían aquellos jóvenes muchos de ellos soñadores. Hoy desaparecen otros por la droga del exterminio que es la pasta base como también sucediera con aquellos muchachos que fueron mandados a las Malvinas sin entrenamiento, sin conocimiento, aguantando el trato despótico de sus superiores en el medio de una guerra y su circunstancia.

¿Estamos como telón de fondo como dijera un reconocido psiquiatra ante una guerra generacional?

Ahora está explotando otra realidad que es la trata de personas y una vez más las Instituciones nacionales, provinciales y municipales parecen estar viendo otro canal.

¿Sucederá como la pasta base que explotó y ahora se militariza la ciudad? ¿Sucederá lo mismo con la trata de personas? ¿Se cambiará el eje judicializando al consumidor y no trazando políticas de prevención contra la drogadicción?

Cada tanto surge algún punto que llena las páginas de los medios. Ahora es el traspaso de los subtes, en otro momento fue el del cinturón de seguridad o el Riachuelo y no podemos olvidarnos del tema sanitario.

Y en esto hay que ser claros: es el vecino que requiere atención sanitaria: cómo accede a ella, ese es un problema a resolver por las administraciones políticas de un lado y del otro de los distritos e incluso del gobierno nacional.

Hace tiempo que se le viene transfiriendo a quienes menos tienen la falta de acuerdos básicos y elementales. No son los vecinos quienes decretaron la irracional federalización dela Ciudadde Buenos Aires ni quienes sancionaronla LeyCafieroque limita las decisiones de un distrito que no tiene injerencia en el manejo del puerto entre otras realidades insalvables y de necesaria solución.

Que la autonomía y el avance a una plena no sea motivo de profundizar los desacuerdos  inter jurisdiccionales.

De no ser posible la creación de un parlamento metropolitano o como se lo llame que se busque alguna otra alternativa, alguna otra solución.

No puede seguir siendo el vecino y esto hay que tenerlo claro, la variable de ajuste de la falta de consensos.

Esta necesidad va muchísimo más allá de los gobiernos de turno. Tiene que ver con Buenos Aires Siglo XXI.