Desmantelado ferrocarriles argentinos en época de la cleptocracia menemista, el gobierno de Menem y Duhalde, que había prometido salariazo y revolución productiva pero que al asumir cambió el libreto convirtiéndose en el emblema del neoliberalismo, ninguna empresa pública quedó en pie y algunas algunas de ellas SE LAS REGALÓ por decreto presidencial.
Los ferrocarriles no fueron la excepción precisamente y aquellos NOSTALGICOS DEL MERCADO se encargaron muy bien en hacer los papeles en favor de los concesionarios y que fuese muy difícil luego terminar con la DESTRUCCIÓN DEL ESTADO.
Como consecuencia de esto en áreas aledañas al trazado de la red ferroviaria quedaron inmensos terrenos que NINGUN GOBIERNO HASTA EL 2013 buscó y encontró la solución. Porque hizo oídos sordos y vista ciega los gobiernos hasta el día de hoy desoyeron los pedidos porteños para darle utilidad pública y quedaron allí.
La utilización pública de esos terrenos es un viejo reclamo de los intendentes y jefes de gobierno porteños y que las autoridades nacionales se encaprichan y se encapricharon en desoir sin solución de continuidad y provocando en los barrios porteños (a los que no llega la redistribución de la riqueza) un verdadero desaguisado urbano.
Colegiales no es la excepción. Está ahí y mientras la empresa conesionaria mira otro canal no haciéndose responsable de la cuota parte que le corresponde, los vecinos del barrio sufrimos ante la inoperancia de una y otra parte que mantiene inmóvil aquello que hace rato debía haber solucionado.
¿Será porque no les interesa o no les conviene?
¡Quien puede decirlo!
El tema es los barrios siguen sufriendo viejas rémoras de las que no se hacen responsables y pareciera que no les importa resolver.
Barrios divididos en sectores, terrenos que en algún caso se convierten en basurales zonales, dificultad de los vecinos para trasladarse a uno u otro sector como courre desde Lacroze y Cramer hasta Crámer y Virrey Avilés.
Una vieja rémora barrial que nadie busca solucionar haciéndose obras públicas -algunas necesarias e importantes- que conciben a los barrios y a la ciudad como la sumatoria de sectores aislados y como NO un TODO URBANO.
Así las cosas, esperamos que los políticos nacionales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se sienten a la mesa invitando a la empresa concesionaria, para buscar una solución definitiva.
Porque podrán hacer decenas y puentes vehiculares y peatonales, podrán hacer obras para el aplauso pero al no asumir las responsabilidad que les compete como funcionarios públicos, somos nosotros los vecinos quienes sufrimos aquello que hasta incluyen las peleítas de peluquería.
Ni más ni menos…