El mundo de la locura será una obsesión constante en Goya tras sufrir la enfermedad en 1792 que le dejó sordo. Algunas de las estampas de los Caprichos están pobladas por una extraña fauna digna de ser encerrada y en algunas pinturas -véase Corral de locos- también aparece la locura como eje principal. Las Pinturas Negras culminan una temática en la que Casa de locos tiene un papel destacado, quizá por las actitudes de los personajes que la integran. Numerosas figuras desnudas se dispersan por una amplia y abovedada estancia. Observamos a un rey con corona y cetro, un papa con la tiara bendiciendo, un militar, un cornudo y un jefe salvaje junto a un embozado y diversos dementes en diferentes actitudes. Como ocurre en todas las tablas de la serie de "caprichos" de la Academia -Corrida de toros, Procesión de disciplinantes y Auto de fe de la Inquisición son sus compañeras- la individualización de las figuras y sus expresiones se convierten en auténticos protagonistas, más aun por la dificultad al aplicar una pincelada tan rápida y poco precisa. La luz y los espacios han sido perfectamente estructurados en esta escena, resultando la más atractiva del conjunto.