Viejos silos reconvertidos en unos modernos edificios de vivienda.
Para la década de 1870, los pasajeros del litoral que deseaban llegar a Buenos Aires en conexión con el ferrocarril, debían surcar el río Capitán (hoy Sarmiento) hasta el Tigre y allí tomar el F.C.N. que los conduciría hasta el centro de la ciudad, pero muchas veces éste río no tenía el calado necesario para permitir el paso de las embarcaciones.
Conocedor de esta problemática, el empresario don Guillermo Matti concibió la idea de construir un ferrocarril que uniera Buenos Aires con Campana, salvando las bajadas del río Capitán. La construcción de este ferrocarril se inició en 1872. La traza partiría de la Estación Central, avanzando por vías ajenas hasta la zona de la Recoleta, en donde comenzaba su propia vía en dirección hacia la zona alta del pueblo de Belgrano (hoy Belgrano “R”), para luego enfilar hacia el pueblo de San Martín, donde la empresa construiría sus talleres y depósitos. La línea se internaría luego en un inmenso bañado de aproximadamente 40 kilómetros de largo, hasta llegar finalmente a la ciudad de Campana. Los servicios entre Buenos Aires y Campana se iniciaron en 1876 y diez años después se extendían hasta la ciudad de Rosario, destacado hecho que permitió unir a Buenos Aires con el resto de la red ferroviaria nacional que, partiendo desde Rosario, llegaba ya a las provincias de Córdoba, San Luis, Tucumán, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Salta y Catamarca.
En el barrio de Colegiales, el ferrocarril tuvo una presencia destacada, aunque no tanto por su estación de pasajeros, sino más bien por las inmensas playas de maniobra que se construyeron dentro del barrio. La más destacada es la playa de cargas de la propia estación Colegiales, actualmente operada por la empresa Nuevo Central Argentino, que abarca aproximadamente unas 9 manzanas. Sin embargo, al sur de la Avenida Federico Lacroze se levantaba otra playa de maniobras, en un sector delimitado por las calles Matienzo, Alvarez Thomas, Dorrego y la vía principal del Ferrocarril Mitre.3
Hasta el siglo XIX, en esa zona cercana al arroyo Maldonado, límite natural entre los partidos de Belgrano y el de Buenos Aires, no había más que numerosas quintas. Unos años después, los distintos ferrocarriles habían ido demarcando lo que sería este polígono: al Sur se levantaron los viaductos del Ferrocarril Pacífico (hoy San Martín), al Nordeste aparecieron los terraplenes del Ferrocarril a Rosario (hoy Mitre) y años después, se construyó una vía de carga para unir las estaciones Chacarita y Colegiales. La presencia del ferrocarril atrajo a numerosas empresas, que se alzaron alrededor de ésta playa de maniobras: En 1921 la Sociedad Minetti y Cia. Ltda., Industrial y Comercial inició la construcción de su molino harinero «Buenos Aires» sobre la calle Dorrego y en 1928 amplió sus instalaciones con nuevos silos. Otra empresa destacada de la zona fue la Manufactura Algodonera Argentina, cuyo edificio («La Algodonera») ocupaba una manzana entera: allí se elaboraban productos textiles con fardos de algodón traídos por medio del ferrocarril desde el norte del país. Los trenes algodoneros ingresaban en esta playa de maniobras y depositaban su mercadería en dos grandes galpones que estaban sobre la calle Alvarez Thomas.4
La aparición de estas industrias generó una sinergia que desembocó en la aparición de nuevos emprendimientos: Enfrente al molino Minetti, sobre Dorrego, surgió la fábrica de fideos Letizia, mientras que cerca cerca a la Avenida Juan B. Justo surgía una docena de fraccionadoras de vino, principal producto traído por el Ferrocarril San Martín.5
Paralelamente a la industrialización surgieron las villas miseria, con habitantes provenientes del interior o de países limítrofes que buscaban trabajo en las grandes ciudades. La Villa de Colegiales (ofiacialmente conocida como Villa Nº30) se instaló en la playa de maniobras del sector sur y llegó a tener 10.000 vecinos. Sin embargo, en los años ´70 la situación cambió por completo, al iniciarse el proceso de des-industrialización: tanto las fábricas como el Molino Minetti cerraron sus puertas y desde el Gobierno de la Ciudad, dirigido por el Intendente Osvaldo Cacciatore se inició la erradicación de las villas miseria. Junto con la Villa del Bajo Belgrano, la de Colegiales fue una de las primeras en desaparecer, aunque ésto no implicó la plena integración de este territorio con el resto del barrio, ya que se priorizó la ubicación de equipamientos en lugar de viviendas lo que siguió generando una suerte de fuelle entre los barrios de Colegiales y Palermo: sobre la ex playa de maniobras hoy se levanta una universidad privada (UCA), una unidad de transferencia del CEAMSE, un polideportivo municipal, una estación transformadora de electricidad, una transmisora de televisión (Canal 9) y algunos monoblock de vivienda.6
A partir de los años ´90 esta parte del barrio, conocida hoy como «Nuevo Colegiales»7 comenzó a desarrollarse fruto del crecimiento de su vecino Palermo Hollywood y de la transformación de los viejos silos y fábricas en elegantes y modernos «lofts» de viviendas, como ocurrió con los Molinos Minetti o como en el Edificio La Algodonera.
De acuerdo a la reciente Ley de Comunas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Colegiales ha pasado a integrar la Comuna 13, junto a los barrios de Belgrano y Núñez.
Nota de la Redacción: transcripción textual de www.barriada.com.ar
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