En 1854 las autoridades argentinas decidieron ponerse en igualdad con los países que tenían red ferroviaria, así se planificó el recorrido de la red, sus planos y la provisión de los elementos para su funcionamiento, siendo la locomotora principal, traída desde Inglaterra, a la que se llamaría «La Porteña». Con ella trajeron cuatro vagones, con un peso de 5.000 Kg. cada una, y también una locomotora de parecidas características, ésta era llamada » La Argentina».
Todo ocurría en la zona oeste, eje por entonces del comercio y las actividades financieras que rivalizaba con el Centro de la Ciudad. Fue así que el 29 de agosto de 1857 dio comienzo la historia del ferrocarril argentino, con la inauguración del Ferrocarril del Oeste de Buenos Aires, (actualmente ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento) con el éxito esperado a tan grande acontecimiento social. El 30 de agosto de ese año echó a andar la mítica locomotora.
La capacidad de cada vagón era de 30 personas, en forma tal que el variado pasaje contaba con una variada concurrencia de todas las edades.
El trayecto era de 10 kilómetros, era desde estación del Parque (situada donde actualmente se encuentra el Teatro Colón), hasta la estación Floresta, (en la actualidad Flores).
El recorrido era por las actuales calles, Lavalle, pasaje Santos Discépolo, Av. Pueyrredón, y luego seguía el actual trayecto del ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento.
La propuesta de su construcción fue hecha por un grupo de particulares agrupados en la Sociedad Camino de hierro del Ferrocarril Oeste, con financiamiento del estado de Buenos Aires, en que formaba un estado separado de la Confederación Argentina. Para 1863 Buenos Aires se convirtió en el único dueño del ferrocarril.
Este proyecto fue para los porteños una de sus mayores glorias, que perteneció hasta 1890 al estado de Buenos Aires, por la riqueza que llevó a la ciudad, su eficiencia y sus tarifas más bajas que la de los ferrocarriles administrados por firmas inglesas en el país. La presión e interés de los capitales británicos, y el endeudamiento del estado Argentino, fueron determinantes para que se lo vendieran a la empresa inglesa Buenos Aires Western Railway.
En 1947, dentro del proceso de estatización de los ferrocarriles llevado a cabo por el presidente Juan Domingo Perón, la empresa pasó a la órbita del estado nacional, y el ramal recibió el nombre de Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento.
En 1873 se consideró levantar las vías desde la terminal Plaza del Parque hasta la estación once de septiembre debido que la gran urbanización surgía en ese trayecto hacía peligroso el paso del tren. En 1983 ya levantado dicho recorrido pasó a hacer la terminal la estación once.