A principios de siglo XX, exactamente, el 22 de septiembre de 1907 se habilitaba el “zoológico del Sur”, creado como una sucursal del de Palermo para toda la zona Sur de la ciudad.
Por orden del intendente Carlos Torcuato de Alvear, que mira hacia el sur y quiere darle impulso a la zona obrera y más humilde de la pujante ciudad de Buenos Aires.
Considerado como un paseo similar al de Palermo y con un fácil acceso para los vecinos de la zona sur, el zoológico estaba ubicado dentro del Parque de los Patricios, con una superficie 101,210 m2. Al principio consistía en un edificio circular con unos pocos animales, un camello, un dromedario, cuatro cebúes, dos guanacos y dos avestruces. Todo el paseo decorado con estatuas y arboleda bellísima y un llamativo palomar romano. Reunía más de 30.000 personas por fin de semana, era un paseo esplendoroso para los habitantes de los barrios del Sur.
Su ideólogo y creador fue Clemente Onelli que en el año 1904 fue designado por el gobierno nacional al frente del Jardín Zoológico de Buenos Aires situado en Palermo.
Clemente Onelli nació en Roma en 1864 y con 24 años llega a nuestro país con un bagaje de cultura muy amplio para esa época. Se especializo en zoología, panteología e historia natural. Conoce al perito Moreno fundador del museo de La Plata y con él logra materializar su sueño ir a la Patagonia. Onelli secundó al perito Moreno en la marcación de los límites con Chile y se destaca como naturalista, etnólogo, geólogo y paleontólogo, aprendiendo las lenguas aborígenes de la patagonia. En 1904 el gobierno nacional lo designó al frente de el Jardín Zoológico de Buenos Aires en Palermo, en la dirección del Zoo se mantuvo estuvo hasta el día de su muerte en 1924.
Le dio al zoológico vivacidad y copio los mejores ejemplos de instituciones similares en Europa. Durante su dirección reapareció la revista del Jardín Zoológico, en la que Onelli publicó numerosas descripciones zoológicas de los animales en exhibición, demostrando un gran interés y una esforzada atención por estos animales, estudiando los mejores tratamientos veterinarios y las enfermedades mas frecuentes. Este interés le valió su respeto e ingreso a la Sociedad Protectora de Animales.
Durante los años que Onelli estuvo al frente de la dirección de la institución, el Zoológico de Buenos Aires en Palermo, vivió una época de esplendor y la cantidad de visitantes aumentaba considerablemente cada fin de semana.
Se realizaron importantes obras de infraestructura y se establecieron muchos entretenimientos y juegos para niños.
El intendente de Buenos Aires, Marcelo T. de Alvear le pide a Onelli que dentro de sus posibilidades y con el menor costo posible, creara un lugar de exposiciones zoológicas en la zona sur y es así como se inaugura el 22 de septiembre de 1907 el nuevo y original “Zoológico del Sur” en el Barrio de Parque Patricios.
Según recuerda una publicación del ateneo de estudios históricos de Parque Patricios, el zoológico del sur era un zoo temático con arquitectura romana antigua, el pabellón de los felinos y los osos era una copia del acueducto de Claudio, con una serie de arcos mayores y menores que servían de jaulas y guaridas para estos animales. El depósito de forrajes estaba en “el ara de Júpiter”, las aves exóticas en el pabellón de “erecteon” y al fondo un espectacular palomar romano.
Por avenida Caseros estaba “el templo de Vesta” que encerraba aves de gran envergadura. Y al sur estaba “el templo de la fortuna viril de Roma”, una gran confitería (hoy ubicado por detrás de la calesita del parque).
En el año 1812 se incorporó “una cabrería municipal“, lugar donde una multitud de personas formaban fila para tomar leche fresca recién ordeñada.
En el año 1914 se lo reinauguro con una gran variedad de edificios que se asemejaban a ruinas romanas. Al principio fue todo un éxito, pero luego no prosperó. Onelli sostenía la necesidad de cobrar entrada para solventar los gastos de su mantenimiento. Para él el punto no era el resultado económico, sino la valoración del proyecto.
Al depender exclusivamente del presupuesto público, quedó sujeto a los vaivenes de las partidas que se recortaban paulatinamente.
En 1924 muere Onelli y sin su dinamismo y esfuerzo, poco a poco fue perdiendo su esplendor, la decadencia y el abandono se llevó al hermoso Zoológico del Sur.
Los sucesivos gobiernos, falta de presupuesto y cambios políticos lo arrastraron a la deriva. Cerró sus puertas definitivamente en 1938, un año después en el predio se levantó un Centro de Deportes y recreación.
De esta maravillosa obra arquitectónica romana, sólo han quedado dos edificios, que el paso del tiempo ha deslucido con su oscuro manto de verdín y enredaderas.
Escribe Leticia una guía turística del barrio de Parque Patricios, en su página web, que las hermosas estatuas que lo decoraban desaparecieron, la escultura de la loba Capitolia fue trasladada al Parque Lezama en 1939.
Hoy no queda ni siquiera una placa recordatoria del inmenso trabajo que proyectara Clementi Onelli, para los barrios humildes del Sur.
Mabel Alicia Crego
para www.botanicosur.com.ar
Imagen: gentileza de memorialbarrial.com.ar