En el marco del mes del Niño de la Calle, nos sumergimos en la obra visionaria de Antonio Berni, quien arroja luz sobre una realidad dolorosamente actual en nuestra sociedad. Juanito Laguna emerge como un ícono creado por el artista argentino en los años 60, personificando la lucha y los sueños de los niños marginados en las villas miseria de Buenos Aires.
Nacido en los últimos coletazos de los años 50 en un rincón desfavorecido del arrabal bonaerense, Juanito es fruto del ingenio y la sensibilidad de Berni, quien lo moldea a lo largo de dos décadas. Utilizando materiales de desecho que reflejan la crudeza de su entorno, Berni construye una serie de obras que son, a la vez, un testimonio y una denuncia de las desigualdades sociales.
La exposición de la colección completa de las series de Juanito Laguna y su contraparte femenina, Ramona Montiel, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires en 2014, marcó un hito en la apreciación del arte comprometido y reflexivo de Berni.
El viaje artístico de Antonio Berni desde su natal Rosario hasta su trágico final en Buenos Aires está impregnado de un compromiso inquebrantable con las realidades que rodean al ser humano. Desde su formación en Europa hasta su desarrollo del Nuevo Realismo junto a otros destacados artistas argentinos, Berni tejió un legado que trasciende el mero acto creativo para convertirse en un grito de justicia social.
La obra de Berni, especialmente la serie de Juanito Laguna, no solo es un reflejo del compromiso del artista con su entorno y sus circunstancias, sino también una invitación a reflexionar sobre la vigencia y la urgencia de su mensaje en un mundo marcado por la desigualdad y la injusticia social. En tiempos donde la degradación económica y social golpea con fuerza, las imágenes de Juanito Laguna resuenan con una relevancia inquietante, recordándonos la necesidad imperiosa de enfrentar las realidades que muchos prefieren ignorar.