En la reciente visita a los países vecinos de Chile y Perú, «ciertos sectores» chicaneaban en forma muy baja y
muy muy poco seria, que Pancho Bergoglio no había convocado una multitud.
¿Esos ciertos sectores de la crema más reaccionaria que siempre lo combatió qué buscaban? Ellos lo sabrán.
El Pueblo también sabe lo que quiere que no es lo mismo que esa crema reaccionaria a la que hacemos alusión.
En su despedida en el Perú convocó, Francisco I convocó a más de dos millones de personas que lo vivaron.
¿Quería esa Iglesia temporal, la de los grandes negocios y negociados, una concentración multitudinaria?
Pués bien: ¡La tuvieron! Y a partir de ahora, no hablen más. ¡QUE SE CALLEN LA BOCA!
La Iglesia trascedental que es la que mantiene vigente el mensaje de más de dos mil años de historia, les dio el gusto.