«Las tierras de este barrio pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su nombre proviene del diminutivo de la palabra «chacra» o «chácara». En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de «suertes principales», es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la actual localidad de Ramos Mejía», iniciaba su discurso el Legislador Fernando Finvard en oportunidad que se designara el Día del Barrio de Chacarita, actualmente perteneciente a la Comuna 15 (Colegiales fue arrojada a la Comuna 13 por imperio de un error interpretativo en épocas que se se dividió la ciudad en Comunas); sin embargo, respecto al Día del Barrio de Chacarita, existe la «Otra Historia» , la historia que no figurará en los manualejos de una historia oficial que podría ser la de Blancanieves y los siete enanitos.
Un tanto fatigados entonces que se nos cuente siempre la misma historia lo que es decir las suertes que repartió Juan de Garay a sus subordinados luego de producido el genocidio de los pueblos originarios con la salvaje conquista de 1492, robadas las riquezas y enviadas a Europa, se produce uno de los tantos debates sinfín entre los que consideraban personas con derechos a nuestros pueblos.
Aquellos otros que aún no se habían definido respecto a si realmente eran personas lo que se encontraron aquí luego de la sanguinaria experiencia de la Conquista, la repartija de riquezas mal habidas va conformando una suerte de «interna» entre los reyes y aquello que hoy podríamos llamar el Vaticano, aunque suene medio arbitrario llamar así a la corporación de los amantes de la cruz.
«El 2 de abril de 1767 las 146 casas de los jesuitas fueron cercadas al amanecer por los soldados del rey y allí se les comunicó la orden de expulsión contenida en la Pragmática Sanción de 1767 que se justificaba: por gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo c nstituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia de mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo, usando la suprema autoridad que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto a mi Corona.
(Continuará)
Fuente de info:
www.barriada.com
www.wikipedia.org.ar