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INVESTIGANDO CHACARITA Y COLEGIALES…

Quien desee recorrer la historia de cualquiera de los barrios o quiera investigar los hechos del pasado en forma objetiva sin tapujos de índole sectorial o partidario en forma inexorable no debe intepretar que son hechos aislados o una isla en la gran ciudad.

A nuestro juicio, el investigador logra su cometido cuando relaciona precisamente barrio con la ciudad tomando conciencia que las cosas que en aquel lugar suceden tiene una explicación en los sucesos que la condicionaron desde la ciudad.

Ser investigador a nuestro juicio es entender ambos términos, barrio y ciudad, como un conjunto.

En otras palabras, ¿por qué se llamó a concurso desde la Intendencia Municipal y que en nuestro Chacarita se concretó en las viviendas construidas por Fermín Bereterbide? No fue una casualidad, de ninguna manera.

¿Por qué don  Torcuato de Alvear  hizo ese llamado a concurso?

Si observáramos las condiciones habitacionales y los conventillos de las primeras décadas del Siglo XX encontraremos razones más que valederas. La situación urbana era poco menos que paupérrima hacinándose desde la llegada de la inmigración en masa en verdaderos tugurios faltos de higiene, donde el matrimonio y su prole dormían cada uno de sus integrantes en piezas de cuatro metros por costado contándose no menos de tres o cuatro niños de esa pareja.

La historia debe ser vista y no analizada con una visión tuerta de los hechos de ese pasado. El investigador no puede tener una visión hasta si se quiere de dudosa calidad aislando los hechos barriales con la ciudad.

En tiempos de la fiebre amarilla y con el agotamiento por la cantidad de entierros en el Parque Ameghino que era el cementerio de la ciudad, la mudanza de ese cementerio a Chacarita no hubiese sido tal como tampoco de aquel cementerio al actual cementerio del oeste.

No alcanza con decir que uno de los peoneros, Don Agustín Comastri, dono una parte de sus posesiones para crearlo.

No alcanza en otras palabras tener una investigación parcial de la historia de los barrios porteños. Será parcial, partidaria o sectorial si nos quedamos en las anécdotas, en los hechos como si la historia de los barrios quedase reducida a un cine creado, un hecho menor, o una mirada nostalgiosa.

De no interpretarse así, la historia de la ciudad será una historia que camina dificultosamente que cojea rengueando por cualquier camino donde se la mire.

Es necesario investigar con seriedad como lo hiciera Don Diego del Pino,  el arquitecto Jorge Boullosa o Don Jorge Alfonsín.

De no hacérselo estimamos jamás vamos a conocer a fondo el barrio por más que querramos investigar los hechos del pasado. Jamás podremos verificar la historia en nuestro caso de Chacarita y Colegiales si nos quedamos en pre-conceptos o, directamente, en anécdotas.

 

 

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