Cuando Jaime Torres acaricia su charango el arte logra unificar en uno solo el instrumento musical, quien lo ejecuta y su público.
“Jaime Torres recibió las primeras enseñanzas sobre el charango del eminente y ya desaparecido artista boliviano Mauro Núñez. Su niñez transcurrió en la Chimba Chica, Cochabamba, Bolivia. El mismo Núñez es quien le construye sus primeros instrumentos; otros son hechos por su padre, don Eduardo Torres, un habilidoso ebanista chuquisaqueño”, leemos en la declaración de la Legislatura porteña esbozando sus inicios.
El poeta Jaime Dávalos lo define como quien va buscando nuevas formas expresivas definiéndolo como la cuadrilla de musiqueros.
“En 1958, junto con Ariel Ramírez, comienza una gira por todo el país. Con él graba en 1964 la versión original de la Misa Criolla, realzando los atractivos de esta obra. En el año 1970 viaja a los Estados UnEidos, invitado por la Organización de Estados Americanos (OEA) para actuar en Washington. En 1971 regresa a ese país para incluir en su gira otras ciudades como Nueva York, Los Ángeles y su nueva visita a Washington. Prosigue su gira por los países de Canadá y México. A su regreso ofrece recitales en Brasil, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay”
Tal vez este hecho lo lanza a la fama definitiva pero él mantiene la humildad llevando consigo el estandarte del músico que llegó por propios medios y que jamás olvidará su tierra natal.
No sólo que jamás no la olvidó sino que llegó hasta a organizar en Humahuaca provincia de Jujuy un encuentro de instrumentistas no profesionales y posteriormente promociona en idioma quechua el Tantanakuy Infantil en el que intervienen alrededor de quinientos niños en edad escolar.
Todo su existir es un reclamo de todos aquellos a quienes no les pidieron nada pero le sacaron todo, como gustar decir.
Su arte es precisamente esto, el reclamo de los pueblos originarios a quienes aún no se les reconoce y se les sigue sacando de sus tierras.
En 2004 actúa en el I Encuentro de Culturas de los Pueblos Originarios de América que se realiza en Formosa y en la Maison de L Amerique Latine en Paris. Se convierte en miembro y expositor activo de estos Encuentros de Pueblos Originarios de América, participando en todos los convocados por la Asociación en los años subsiguientes.
Recorre toda Europa, compone la música de la Deuda Interna recibiendo diversos premios y reconocimientos como el Oso de Plata en representación de la Argentina.
“En 1988 obtiene el Oso de Plata representando a la Argentina en el XXXVIII Festival Internacional de Cine de Berlín, obteniendo también la postulación al Oscar. Junto al Tata Cedrón y Paco Ibáñez se presenta en 1990 en París y con Eduardo Falú en Londres. Que se presenta junto a Luciano Pavarotti y Mercedes Sosa en el estadio del club Boca Juniors en el año 1999”
Muy emocionado por cierto y a la forma de una devolución, Jaime Torres ejecuta su instrumento que hace que los allí presentes cierren el acto con un sonoro aplauso.