La seguridad ambiental no es un tema menor y cuando hablamos de seguridad nos estamos refiriendo estrictamente a la responsabilidad del ciudadano, de todos y cada uno de nosotros; del funcionario público que tantas veces debe lidiar con propios y extraños para mantener en estado aceptable la ciudad.
Para colmo de males los permanentes temporales que azotan el área metropolitana (ciudad más conurbano bonaerense) parece que quisiera hacerle un tacle tipo rugby a los ciudadanos. Ramas de los árboles que siempre no estuvieron en debidas condiciones, hoy más que nunca exigen respuesta adecauda. Árboles que se caen, inundaciones varias que obedecen a que se ha atentado contra la escorrentía (es el agua que corre hacia su desembocadura natural), exceso asfalto y carencias de espacios verdes adecuados en cantidad y calidad.
Empresas de electrodomésticos que cargan sobre el cliente y la ciudad toda clase de cartones y tergopol cuando sería más práctico entregar a domicilio y llevarse elenvoltorio para una nueva compra.
El ex Vicepresidente Al Gore menciona el calentamiento global del planeta y éste tampoco es un tema menor. El derretimiento de los glaciares pueden traer consecuencias indeseadas y aún insospechadas a la fecha.
Las ciudades -las del área metropolitana incluída- están sufriendo continuas catástrofes que vienen en ascenso. Sunamís, terremotos (que antes eran novedad hoy son cosas casi cotidianas en uno o en otro lugar.
Resoluciones que no se terminan de aplicar y tal vez sea muy difícil hacerlo, los rellenos sanitarios que causan más problemas que soluciones infiltrando las capas, motivando enfermedades varias.
Los países centrales que no cumplen con los pactos internacionales y terminamos pagándolos nosotros.
La fuerza de los hechos vienen demostrando que las teorías sociales no sólo han quedado desactualizadas sino que trajeron los efectos más inconfesables convirtiéndose en ideologías de museos y que en primera o última instancia se agotan en pensamientos estériles por el control del Estado (que siempre sirven a unos pocos a expensas de los más)
En cualquiera de sus formas, liberalismo y marxismo no dicen nada nuevo o expresan lo mismo de siempre quedando congeladas estas doctrinas gemelas.
Ante ello surge el tema medioambiental que hay que darle contenido y que viene a suplir esos anacrónicos pensamientos. Como dice la canción de Jhon Lenon «Dejalo ser», es de esperar que antes que sea tarde se ponga la dirigencia internacional a pensar en serio y actuar en consecuencia.
Los últimos desastres climatológicos lo demuestran y lo exigen. Hagamos antes que sea tarde.