Una vez más Chacarita y Colegiales aportan al barrio un vecino verdadero. De aquellos que son imprescindibles, de aquellos que siempre están dispuestos a hacer algo por el otro.
En la familia Anconetani Nazareno no fue la excepción en cuanto a esto que expresamos. Desde Don Guiseppe hasta el Anconetani que nació hace poco o nacerá en poco tiempo, lleva y llevará en su ADN el sentimiento irrenunciable a todo lo que lleve implícito la solidaridad.
Don Guiseppe llega a la Argentina como muchos otros inmigrantes, apenas con una valija algo desgastada de tantas desventuras en Italia, su querida tierra natal, y al poco tiempo se instala en el barrio al que tanto él como el resto de la familia (en especial Juan y Nazareno) sienten el compromiso de hacer algo por estos lados frecuentando asociaciones vecinales, aportando incluso dinero para alguna reunión, y por supuesto, alegrando a quienes concurrían con su música tan maravillosa como los Anconetani’s mismos.
La trascendencia de esta familia que quedará en la historia y la de Don Nazareno trascendió las fronteras de la nueva o vieja Chacarita de los Colegiales:
Publicado por Gon Cullen a las martes, agosto 20, 2013 1 comentario:
El domingo 18 de Agosto de 2013 deja esta tierra un valor argentino reconocido por todos los acordeonistas que seguramente admiraban la manera artesanal de construir acordeones, como también la reparación y afinación. Nazareno Anconetani. El último de los hermanos Anconetani. Esta noticia llega a mi por un seguidor y amigo del blog, Leo Leguizamón. Como homenaje y recordación se publican aquí notas y videos de este gran valor argentino. Cabe recordar que Tarragó Ros pulsaba el acordeón Anconetani de 2 hileras y media construida por esta fabrica de marca Argentina.
Gracias a Leo Leguizamón por el aviso gentil como también recordar la importancia que tuvieron los sonidos de ese acordeón que el maestro pulsaba en sus apariciones. Bellisima cordiona por cierto, con un estilo sin igual. Sonidos bien entonados y melodiosos. La mejor fabricación.
Tarragoseando.
No sólo Tarragó, el gran fenómeno de la música nacional y popular, el Chango Spasiuk otro prócer del folklore y permítasenos la licencia de decir que no sólo el tango es la música que identifica la argentinidad y sin embargo, también Don Nazareno era un exquisito ejecutor del 2 x 4.
Ina Godoy dirá refiriéndose a tan importante vecino:
Atrás de una fachada reformada se abre como un fuelle, en estado casi original, la primera y única fábrica de acordeones artesanales de la Argentina. Adentro, un boliche detenido en el tiempo, una casa que pasó por mejores momentos, un patio en el centro y la escalera que da al taller, todo está intacto desde hace casi un siglo.
Nazareno Anconetani es hijo de Giovanni, el fundador de la fábrica; tiene 84 años y es el único de la familia que sigue cumpliendo a rajatabla el horario de trabajo full time en el taller. Mezcla de guía con anfitrión, va a paso lento atravesando la casona vacía, desde las vidrieras polvorientas del local, el patio, sumergiéndose de a poco, escalón por escalón, en la escalera que lleva al taller. Ahí lo espera su banco, instalado en un rincón, junto a una lista de nombres, fechas y anécdotas que descansa en el tablero de trabajo, por si la memoria le falla. “Mi papá nació en Loretto, cerca de Castelfidardo, en Ancona, una provincia italiana especializada en la construcción de acordeones”, cuenta el menor de los Anconetani, en un auténtico dialecto que mezcla el español y el italiano, mientras manotea la lista más por emoción que por falta de memoria. “Giovanni era amigo de Paolo Soprani, vino por primera vez a la Argentina como viajante hasta que se quedó acá, como importador de la firma”, relata Nazareno, recordando el admirado vínculo de su padre con el fabricante que le dio nombre a los acordeones italianos más prestigiosos del mundo, junto a los alemanes Hohner.
Cuando se instaló definitivamente en la Argentina en 1918, Giovanni ya era un erudito: desde los 17 años se había dedicado exclusivamente a la construcción artesanal de acordeones Paolo Soprani, además de venderlos y ejecutarlos. Sobre ese prontuario se paró para abrir las puertas de la primera fábrica de acordeones artesanales de Sudamérica.
Alguna vez deberá escribirse la historia de los grandes próceres barriales, de cada uno de esta noble y gran Ciudad de Buenos Aires.
Cuando llegue el momento, por seguro, Don Nazareno ocupará un sitial de honor. ¡HASTA SIEMPRE DON NAZARENO!
Por seguro estas tocando tu acordeón para los ángeles y para el Señor del Universo.
Nota de la Redacción: Agradecemos a Claudia Moreti su llamado por teléfono para hacernos llegar tan triste noticia.