Hace años tras el apagón prolongado De la Rúa, intendente porteño, y Carlos Menem Presidente de la Nación, se disputaban las responsabilidades culpandonse mutuamente por los hechos: mientras tanto, ancianos, discapacitados, madres con varios hijos esperaban que ellos LOS OTROS dejaran de pelearse y nos atiendan a NOSOTROS. Debieron pasar varios días que al riojano y al aburrido le dijeran que habían personas en pisos altos que estaban sin agua, sin luz y prácticamente a la buena de Dios para que a los mencionados se les cayera la idea y les alcanzaran botellones de agua.
Como siempre, una vez más NOSOTROS Y LOS OTROS.
Como siempre, una vez más la década infame y hasta el fraude patriótico iban y volvían en un vuelo a la historia y al presente demostrando que somos presa de quienes se dicen dirigentes pero no tienen a quien dirigir.
En efecto, son LOS OTROS quienes pretenden explicar las desgracias a NOSOTROS.
Una y otra vez la historia se repite. Asi y en toda las veces.
Mientras la represión demencial en el neurosiquiátrico Hospital Borda se hizo realidad, debió ser la Iglesia quien se solidarizaba con los internos del Borda siendo la única voz o de las muy pocas voces que se escucharon poniendo haciendo en la gente mientras que LOS OTROS intentaban justificar la bestialidad de reprimir en un hospital para pacientes debilitados y enfermos psiquiátricamente.
Una vez más fue la Iglesia la que puntualizara en las necesidades de las personas mientras LOS OTROS decían y se desdecían una y otra vez.
Hace unos días hubo un paro salvaje de micros de larga distancia y mientras ellos, LOS OTROS discutían, al mejor estilo del riojano y el aburrido, sus cosas familias enteras, ancianos, mujeres y niños hasta debían sufrir las desavenencias de sindicalistas, empresarios y autoridades nacionales pagando hasta para ir al baño o la posibilidad de usar agua caliente para merendar o desayunar.
Las autoridades nacionales es decir LOS OTROS intentaban hacer llegar a un acuerdo a las partes, NOSOTROS como en el apagón de hace largos años ya, como con los enfermos del Borda sufríamos el desinterés o la mediocridad de LOS OTROS.
La Argentina de NOSOTROS Y LOS OTROS tiene una larga historia. Una historia que no termina y que pretende quedarse para siempre.
“Santino, un bebe de dos meses, había logrado dormirse en brazos de su madre. Rocío del Cielo Herrera contaba que desde el viernes a la madrugada que había llegado con su familia desde General Las Heras, provincia de Buenos Aires, estaba en el hall de Retiro esperando el colectivo que los iba a llevar a Paraná, a donde debían viajar por trabajo. «Con Santino nos arreglamos con cartones que le pongo abajo y camperas y así lo hago dormir», decía Rocío y agregaba: «Si te fijabas tenía ojeras». Ella también las tenía: contaba que no había pegado un ojo en toda la noche porque había personas que daban vueltas esperando robar algo. «No quiero que le pase nada a él», decía. Trataba de respetar sus horarios de comida, pero en los bares le cobraban tres pesos la mamadera con leche. «Ya no tenemos más plata. No sabemos cómo pedirlo ya: queremos irnos» , escribe Verónica Dema para La Nación del 7 de mayo de 2013.
Una historia que se repite en forma indefinida y en distintos momentos o lugares. Tanto sea en Flores, en Constitución, en Retiro o en la Ciudad de La Plata.
“Como la mamá de Santino, varias decenas de personas estuvieron varadas en la terminal de Retiro a causa del paro de transportes de larga distancia -que finalmente se levantó anoche-. La bronca y la impotencia fueron los sentimientos que prevalecían en la espera. Durante varios días no pudieron ducharse, apenas si disponían de los baños públicos para mojarse la cara; no había jabón ni toallas. «Al principio nos cobraban el baño, cuando se nos terminó la plata ya no le pudimos dar más monedas», dijo Pastora, de paso hacia Bolivia con tres chicos que no querían saber más nada de dormir en sillas”
¿No pensaron en NOSOTROS, LOS OTROS funcionarios del Ministerio de Trabajo de la nación o acaso estaban muy ocupados en re-distribuir la riqueza o aplaudiendo estúpidamente a la Presidenta de la Nación cada dos por tres? ¿Por qué no vigilan a las mafias de las terminales de transporte?
“El paro de colectivos de larga distancia, una disputa que inició hace cinco días en medio de la negociación por un aumento salarial de los choferes, mantuvo de rehenes a usuarios que no sabían cómo hacerse oír. «Nos vamos a hacer famosos en los medios, que vienen a preguntarnos cómo estamos; de los políticos, de los gremialistas y de los empresarios, ni noticias. No aparece nadie», se quejaba Susana, una catamarqueña de 73 años, que le buscaba el lado bueno del asunto: «En la desgracia hice amigos, nos cuidamos como una familia». Hicieron vaquitas para comprar algo de comer cuando no pasaba alguien de una ONG entregándoles un sánguche. Se rotaban para dormir y cuidar los bolsos o salían a averiguar alguna noticia sobre el paro. Así pasaban las horas”
Una u otra vez. La historia se repite.
Esta es la historia triste, la de NOSOTROS que padecemos a LOS OTROS… Una y otra vez se repite la misma historia…
¿Hasta cuando?