PALERMO Y COLEGIALES

Nuestros barrios de Palermo y Colegiales –concebidos en ambos casos como un sector urbano-, pero en especial, aquel popularmente conocido como Palermo Viejo, en menos de una década presenta tres transformaciones que permiten una verdadera reformulación que el tiempo dará testimonio de sus pro y sus contras.

La erradicación del ex Mercado de Concentración conocido como Dorrego, la desactivación de emprendimientos empresariales como las ex bodegas Giol, los actuales silos convertidos en lofts que antes acopiaban granos yla Algodonera; la fallida autopista AU 3 -un verdadero delirio-  que cruzaba de sur a norte la ciudad de Buenos Aires conlleva en la necesidad de ocupar ese espacio urbano y darle un destino.

Acostumbrados que se hacen las cosas y después se ve como salieron -lo que habla de una incapacidad absoluta de previsión o planificación urbana- prontamente una franja no mezquina en metros cuadrados y que para dar una idea podríamos circunscribirla en la avenida Dorrego entre Zapiola y Niceto Vega (estamos hablando de más de500 metrosa lo largo, entiéndase), el sector quedó a la deriva hasta que seis años después, en los noventa se le da un destino nuevo con la llegada de distintos medio de comunicación, siendo el primero de ellos el Canal 9, después llegaría Canal 2, las radios, las productoras independiente, Ideas del Sur entre muchas otras.

La desactivación de las bodegas Giol sumó a ello la necesidad acerca de qué hacer con amplios terrenos hasta que finalmente se le da un destino para trasladar el Ministerio de Ciencias y Tecnologías y que en conjunto con la reparación del Puente Pacífico aporta a otra trasnformación, éste vecino a la avenida Juan B. Justo y el arroyo Maldonado, va dando la idea de una gran reformulación.

En algún sentido se puede hablar de un caso testigo que podría marcar el futuro de una Buenos Aires Siglo XXI

(Lea la nota completa en el periódicoLa Chacritade los Colegiales)