Nacido hace 70 años en el partido bonaerense de San Martín, Opeka es miembro de la Congregación de San Vicente de Paul; en 1970, cuando tenía 22 años, viajó por primera vez a Madagascar, una isla ubicada en el océano Índico, una de las naciones con mayor vulnerabilidad social.
Este religioso ya famoso en el mundo entero no habla de solidaridad sino que la hace pero del mejor modo: sin discursos, sin palabritas que en realidad son ruido, que decide por experiencia propia a embarrarse las alpargatas todos los días y horas –no sólo para cuando necesita que lo voten para desaparecer luego diciendo que anda de reunión en reunión.
“Ordenado sacerdote en la Basílica de Luján en 1975, un año después se hizo cargo de la Misión de Vagaindrano, al sur de Madagascar, donde formó a jóvenes sumidos en la miseria y les enseñó a construir viviendas gracias a sus conocimientos de albañilería, el oficio de su padre. Con la colaboración de un grupo de estudiantes universitarios, en 1990 fundó la reconocida Asociación Humanitaria Akamasoa («Los buenos amigos»), a través de la cual logró tierras fiscales y ayuda económica para adquirir materiales, herramientas, comida y semillas.”
El Padre Opeka es en sí mismo la versión de un mundo diferente, de la concepción de una vida que no declama soluciones, que no convierte al prójimo en predicado de sus trasnochados pensamientos sino que su filosofía del amor la convierte en hechos concretos junto a quienes más necesitan que al existir una necesidad nazca un derecho. Al Padre Opeka no le interesa repartir paquetes de arroz marca si lo comés te morís o fideos marca el gauchito con enterogastritis.
Todo lo contrario y con su trajinar diario propone devolver a los pobres y a los pueblos aquello que les pertenece como enseña Pancho Bergoglio (Francisco I) viviendo junto y con ellos pero jamás filosofando con el deprimente discurso del “Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
“En la actualidad más de 20 mil malgaches tienen su propia casa en los cinco pueblos que levantó la Asociación, cuyo lema principal es «todos tienen que trabajar para cambiar la realidad». Akamasoa también ofrece empleo para la explotación de canteras y la fabricación de muebles y artesanías, provee escuelas para los chicos y dispensarios de salud”
En estos momentos se encuentra en su Argentina, en nuestro país, celebrando misas en parroquias de la Ciudad de Buenos Aires, del conurbano bonaerense, en Santa Fe, Mar del Plata, Miramar entre otras localidades.
Visitará diversos lugares, dirá su parecer en cuanto lugar concurra, presentando su nuevo libro REBELARSE CON AMOR.
Nota de la Redacción: el texto en negrita corresponde al portal Infobae.com
Publicado 12.07.2018