Un 7 de agosto de cada año es cuando se produce el encuentro entre el Santo y sus fieles en la Parroquia que lleva su nombre precisamente. A ese encuentro concurren los más olvidados del olvido, los que tienen menos que nada como si todo eso fuese posible.
La Parroquia queda en el barrio de Liniers, un límite de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) concurren de todos lados: vecinos del Gran Buenos Aires ya sea hacia el Oeste, el Sur, el Este y el Norte.
Todos ellos llevan el ruego, el pedido, al Patrono del trabajo, de mejores venturas, ya sea en el área laboral para conseguir ocupación, para conservar empleo y también por motivos relacionados con la salud y el bienestar personal o familiar.
En algún caso, la parroquia y el Santo se convertían en una suerte de termómetro de la situación social imperante. Cuando más olvidados fueran los necesitados de justicia (social), la concentración se duplicaba o cuadruplicaba en cantidad de asistentes al encuentro entre San Cayetano y su Pueblo.
Pero y entre otro orden de cosas, ¿quién fue en vida? El portal Wikipedia nos lleva en lo que podría ser parte de su biografía:
“San Cayetano nació en Vicenza en el siglo XV. Pertenecía a la familia de los condes de Thiene. Fue el último de los tres hijos del conde Gásparo di Thiene (un militar que murió en 1492) y de la condesa María Da Porto, quien más tarde se convertiría en terciaria dominica. Recibió el nombre de Cayetano en honor a un tío recién fallecido que era un canónigo docente de Derecho en la de Padua, que había nacido en Gaeta ( pueblo costero, a 70 km al sudeste de Roma)”
En pleno desarrollo entre las diferencias del Vaticano y la Reforma de Martín Lutero, nuestro Santo enarboló la bandera y la plegaria de cuidar al más débil, al más necesitado.
Fundó para ese fin una sociedad de sacerdotes y prelados, llamada el Oratorio del Amor Divino. Fue ordenado sacerdote dos años después (a los 35 años).
Trabajó como confesor. En 1522 retornó a su ciudad, Vicenza. En Venecia fundó el Ospedale degli Incurabili, un hospital para enfermos incurables, según la fuente citada más arriba.
Entre sus obras en vida cuentan sus fieles que evitó que le amputaran una pierna a un enfermo besándola y haciendo la cruz de la Salvación. Toda su vida, su existencia, estuvo orientada para aliviar las penas de los más necesitados.
Por su obra San Cayetano en 1671 fue proclamado santo por el papa Clemente X. Se le conoce como Santo de la Providencia, Patrono del pan y del trabajo.
San Cayetano es otro ejemplo cuando de lo que se trata es de llevar alivio a quienes sufren las inclemencias cotidianas; es otro ejemplo de los tantos que se van reproduciendo una y otra vez de quienes naciendo en hogares sin privaciones, dejan las comodidades para servir al Pueblo.
No es casualidad justamente que quienes más lo veneran sean aquellos que no tienen lugar en una sociedad para pocos, la sociedad descartable, la de Don Pirulero donde cada cual atiende su juego y el que no se jode.
Quien así lo requiera en esta apretada síntesis ahora puede saber por qué es el Patrono del pan y el trabajo y el Santo de la Providencia…