Hoy los vecinos adyacentes a la plaza Mafalda concurren al lugar para múltiples actividades ligadas al placer o a lo cotidiano y sin embargo debemos anoticiarlos que la apertura entre Santos Dumont y Dorrego no hace mucho que se abrió; fue producto del reclamo de legisladores porteños tales como Mario Maini, Juan Balestretti, Miguel Salvatori y fundamentalmente de las necesidades barriales. Mucho antes de esto que acabamos de afirmar existía un asentamiento cuyos habitantes conseguían trabajo en las industrias o comercios: la Algodonera, el Mercado Dorrego, y un tanto más alejado, las bodegas Giol, Peñaflor, la empresa textil Sudamtex en el barrio de Villa Ortúzar, en las fábricas Colibri cuyas oficinas se ubican en Alvarez Thomas esquina Forest.
Devenido el golpe militar de 1976, el entonces Intendente Brigadier Osvaldo Cacciatore borra de un plumazo el asentamiento y el otro en el bajo Belgrano. Allí comienza toda una nueva etapa en el devenir barrial y en la historia del barrio de Colegiales que no termina en esa fecha sino muy por el contrario. Tampoco el barrio nace en 1983 con la llegada del ex Presidente Don Raúl Alfonsín.
La actual plaza Mafalda, el Mercado de Pulgas, la apertura de la calle Enrique Martinez entre Santos Dumont y Dorrego, el puente. Concejal Dr. Pedro Bustos, las oficinas del Polo Audiovisual fueron producto de múltiples factores y en los reclamos de los vecinos en cuanto a darle un destino coherente y operativo a un sector que quedó desmantelado cuando el Intendente Saguier por arriba y en forma inconsulta decidió levantar los mercados dispersos en la capital Federal para llevarlos todos al Mercado Central.
Fueron los vecinos quienes reclamaron la apertura de la calle y los legisladores mencionados quienes vehiculizaron el pedido. Pero no fue fácil.
Hubo movilizaciones, reclamos frente a la Legislatura porteña para convencer a otros legisladores remisos en escuchar las necesidades barriales tanto como hoy existen otros legisladores que desoyen y están ciegos en el reclamo de acabar con la rémora barrial de la Estación Colegiales que integraría definitivamente los barrios de Chacarita, Colegiales con Belgrano.
Sin embargo, la vida es luchar y reclamar. Es pedir y volver a hacerlo. Una, mil y cien veces, si fuese necesario.
Al final la apertura de la calle se hizo realidad siendo el barrio beneficiado.
Esta es una de las tantas historias que nos demuestran que Colegiales tiene historia mucho más allá de Miguel Cané y las sucesivas inmigraciones.
Colegiales, sin más, es el reclamo de muchos vecinos que por su práctica exigen que unos pocos no sigan decidiendo aquello que nos conviene a todos como ocurrió ayer y como ocurre hoy.