EL OBELISCO
El icono histórico de nuestra ciudad esta de festejo, le renovaron por completo su fachada. El obelisco para los argentinos es sinónimo de encuentro un lugar de encuentro para el pueblo. Se reunen entorno allí el pueblo para eventos culturales, futbolístico, actos socio-políticos. Es uno de los mayores símbolos que identifican a la Ciudad de Buenos Aires.
Por el aniversario de nuestro obelisco; se realizaron trabajos de renovación completa, de la fachada del Obelisco incluyendo, la pintura, el hidrolavado de la estructura, retiro de vegetación y de revoque mal adherido.
Nuestro emblema de la Ciudad fue el diseñado y creado por el arquitecto argentino Alberto Prebisch en 1936 por el aniversario de los 400 años de primera fundación de Buenos Aires. Su construcción fue durante la gestión presidencial del militar e ingeniero Agustín Pedro Justo, quien condujo a la Argentina entre el 20 de febrero de 1932 al 20 de febrero de 1938. En este mismo lugar se encontraba la iglesia de San Nicolás de Bari, el antiguo Luna Park y el Teatro del Pueblo
Fue el intendente Mariano de Vedia y Mitre quien, planteo un plan de modernización de la ciudad, la cual incluía el ensanchamiento de la Av. Corrientes, la apertura de la Av. 9 de Julio también la construcción de la Plaza de la República. El obelisco en sus orígenes estaba revestido de piedra blanca calcárea de Córdoba. En el año 1939 fueron reemplazadas con revoque porque ya algunas se habían deprendido.
Tiene una altura de 67,5 m cuenta con la única puerta de entrada, mirando hacia la Avenida Corrientes, cuenta con una escalera marinera de 206 escalones con una cantidad de 7 descansos hasta llegar a la cúspide dónde se encuentra las cuatro ventanas con persianas metálicas, la cual contempla la Ciudad de Buenos Aires. Dispone de iluminación eléctrica y, dada su altura, está provisto de un pararrayos muy pequeño cuyos cables corren por el interior. Pesa 177 toneladas y su construcción costó 200 mil pesos moneda nacional.
Dato curioso es que los llamados obeliscos, los historiadores apuntan a que fueron los egipcios hace alrededor de 4.500 años los primeros en edificar este tipo de estructuras en adoración a Ra, el dios del Sol.
