Debajo les enviamos información de prensa sobre el proyecto aprobado recién en la Legislatura porteña declarando de interés social al software ¡Háblalo!.
Muchas gracias,
Iván Tricárico, Alejandro Violi Cattaneo
HÁBLALO: UNA APLICACIÓN DE INTERÉS SOCIAL
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó el proyecto de la diputada Carolina Estebarena y coautoría del diputado Eduardo Petrini, que declara de interés social al software “Háblalo”, que mejora la calidad de vida de las personas sordas e hipoacúsicas y su entorno cercano.
Al respecto, la legisladora de Unión Pro expresó: “Esta aplicación es una herramienta valiosa que permite la comunicación de sordos, hipoacúsicos e incluso de quienes tienen dificultades en el habla, por ejemplo, por padecer una condición del espectro autista o haber atravesado una traqueotomía”.
Y agregó que “es un gran aporte de la Legislatura el apoyar iniciativas como esta, que surgen de jóvenes entusiastas, con un grancompromiso con la sociedad ofreciendo una solución, gracias a un desarrollo tecnológico, para mejorar la vida de este segmento de la población con audición y/o expresión disminuida a la vez que contribuye a la visualización y concientización de la experiencia cotidiana de quienes padecen estas dificultades”.
Tal como se explica en el proyecto, el software funciona de una manera muy simple: en la pantalla de inicio se encuentran ciertas frases preestablecidas, como por ejemplo ‘soy sordo’, ‘me perdí’ o ‘AYUDA’ que al ser pulsadas son pronunciadas por un programa de conversión de texto a voz. También, la persona sorda puede escribir lo que quiera para que el programa lo lea en voz alta.
Esta aplicación fue desarrollada por Mateo Salvatto, un joven de 18 años, apasionado por la programación y la robótica en general y en particular por hacer una contribución social, en este caso a través de una aplicación que facilite la comunicación de sordos e hipoacúsicos, teniendo como próximo paso el diseño de una solución integral que facilite los trámites en una dependencia estatal e incluso resolver intercambios cotidianos o excepcionales (como en emergencias médicas),sin tener que recurrir a un intérprete.