No falta mucho para que el túnel de la calle de la Estación Federico Lacroze esté terminado y en pleno funcionamiento lo cual y más allá de ciertos cuestionamientos que se puede hacer a la obra al menos fue terminada siendo un paso importante para la integración de los barrios de Chacarita, Colegiales con Belgrano en una zona que por lo general fomenta la división entre sectores.
Muchas veces hemos manifestado que se analiza la ciudad y los barrios como la sumatoria de sectores aislados y no como un tejido urbano y en este sentido, la terminación de la obra aporta lo suyo para que el territorio porteño sea uno y no varios sectores entrecortados por las vías del ferrocarril. Sin embargo hay mucho más por hacer.
También otros aspectos en los que se debe ajustar el criterio analizando los pro y los contra con la misma finalidad antedicha: concretar una ciudad con un tejido urbano que facilite la comunicación que no aisle las zonas.
Uno de ellos es el reciente cruce a nivel de Olleros y Amenabar para lo cual se debieron talar árboles añejos en Crámer y en Amanabar.
Como en su oportunidad hemos manifestado estimamos que resultó una barbaridad talarlos pero lo que es peor es que se piensa dejarlo sin efecto una vez finalizada la obra y, francamente, debemos preguntarnos qué sentido tiene clausurar el paso a nivel.
Haciendo un poco de historia la necesidad de comunicar Federico Lacroze de un lado para el otro es un debate de por lo menos 35 años. Hubieron debates, discordias, asambleas vecinales con ánimos acalorados porque los vecinos desde Amenabar hacia Cabildo se oponían que se construyera el actual puente Dr. Pedro Bustos, un Concejal de la Ciudad de Buenos Aires que hizo historia mayúsculas en el barrio y a quien aún hoy se le debe el merecido reconocimiento.
La discusión comenzó en tiempos en que el intendente municipal era el Brigadier Cacciatore e inaugurado bajo la gestión radical y ni se imaginan ustedes los que eran esas asambleas donde pasaba de todo pero no por cierto hechos de violencia que no existió uno solo a pesar del tiempo que transcurrió inflación mediante. (Se presupuestó la obra y luego por esas cosas de la economía quedaba desactualizado y por lo tanto el trámite de aprobación volvía a ser debatido una y otra vez.
Por esos momentos en que se propuso su construcción muy posiblemente se decidió construirlo por Jorge Newbery y no por Olleros para no derribar los añejos árboles a los que hacemos referencia. Ahora se los derribó y cabría analizar si se acierta con la clausura o es una nueva equivocación su clausura.
La ventaja del paso a nivel es que comunica por distinto camino una amplísimina zona que viene desde la Avenida de los Constituyentes hasta Libertador, lo cual no ocurre con la avenida Jorge Newbery que se corta en la avenida Cabildo.
Nuestra propuesta es que no se lo clausure porque además es también una via comunicante de un lado y del otro de la Estación Colegiales.
Por otro lado, una vez finalizada la obra habría que contemplar la necesidad de reductores de velocidad para que no ocurran accidentes de tránsito como el que recientemente ocurrió en la intersección de las avenidas Lacroze y Alvarez Thomas habida cuenta que muy posiblemente se verá acrementado el tránsito.
Otro detalle es la inseguridad por el túnel en un barrio con demasiados antecedentes delicitivos y para nada tranquilo por más que cierta propaganda quiera hacer aparecer lo opuesto. Esperemos que no ocurra con el túnel lo que ocurre con el bajo puente Dr. Pedro Busto.
Hemos querido arrojar algunas ideas y que por supuesto pueden ser mejoradas y superadoras, lo cual se nos ocurre ideal un intercambio de opiniones en la que el vecino sea protagonista de lo sucedido en el barrio.
Nota de la Redacción: Como ya lo hemos manifestado anteriormente es importante proyectar alguna obra pública desde Federico Lacroze hacia Virrey Avilés habida cuenta que los existentes no se adaptan a las necesidades generales, no quedando exenta la petición de terminar de una vez por todas con la extensa playa de maniobras de la Estación para uso comunitario y del Bien Común que es una de las grandes rémoras barriales. Para esa finalidad es de esperar que el gobierno nacional y el porteño privilegien el diálogo y el consenso por encima de algunas peleítas que perjudican abiertamente al barrio y al vecino.