
En el espacio Fraga Cultural, vecinos y vecinas de la zona compartieron la segunda reunión y se expidieron:
«Los tiempos nos corren un poco con el depredador inmobiliario, por eso algo de la transferencia de confianza mutua suple por ahora la necesidad de conocer más a fondo nombres y rostros de nuestros vecinos».
«Acordamos cuál sería la modalidad de reunión y la toma de decisiones. Por mayoría votamos la propuesta de ley que comenzaremos a discutir para limitar el Código Urbanístico Actual. Comenzaremos de a poco organizando comisiones», adelantaron los vecinos .
Nada es al azar. Desde la sanción de la ley en 1918, incluyendo sus reformas, los distintos barrios porteños y sus asambleas no dejaron de pronunciarse contra el Código Urbanístico.
En el Código Urbanístico se legisla para poder edificar a una mayor altura, y esto afecta a las antiguas zonas residenciales; sus dueños las venden a menor valor. Luego éstas se derriban para la construcción de inmuebles que modifican la fisonomía tradicional de nuestros barrios. Solo algunos lograron la aprobación de estas leyes y modificar sus normativas. Generando un límite en su construcción.
En el presente, distintas asambleas presentan sus proyectos que impiden y limitan la edificación en altura. Viene sucediendo en Villa Ortúzar con el impulso de Somos de Ortúzar, y los integrantes de Somos de Ortúzar; en Devoto con Devoto Unido, conjuntamente con Conciencia Urbana de la Comuna 11.
Fue por impulso de las asambleas locales, durante 2022; Vecinos Unidos de Núñez y la Asociación Vecinal de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Belgrano Nuevo. La nueva ley se aprobó para reducir las alturas máximas en barrios cómo Níñez y Belgrano (Bajo Belgrano – Barrio River).
Pensamos que la destrucción del pasado reciente es un llamado de atención hacia nuestra «cultura barrial», que detentan nuestros «cien barrios porteños», con sus paisajes, cultura y patrimonio histórico y paisajístico.