Por Maria Britos. En el colectivo Amparo Ambiental para Chacarita se está organizando, gestando el reclamo para rechazar el Código Urbanístico de la Ciudad de Buenos Aires con la presentación del proyecto de ley que limite la capacidad de edificación en la zona.
En el espacio Fraga Cultural, vecinos y vecinas de la zona compartieron la segunda reunión y se expidieron:
«Los tiempos nos corren un poco con el depredador inmobiliario, por eso algo de la transferencia de confianza mutua suple por ahora la necesidad de conocer más a fondo nombres y rostros de nuestros vecinos».
«Acordamos cuál sería la modalidad de reunión y la toma de decisiones. Por mayoría votamos la propuesta de ley que comenzaremos a discutir para limitar el Código Urbanístico Actual. Comenzaremos de a poco organizando comisiones», adelantaron los vecinos .
Nada es al azar. Desde la sanción de la ley en 1918, incluyendo sus reformas, los distintos barrios porteños y sus asambleas no dejaron de pronunciarse contra el Código Urbanístico.
En el Código Urbanístico se legisla para poder edificar a una mayor altura, y esto afecta a las antiguas zonas residenciales; sus dueños las venden a menor valor. Luego éstas se derriban para la construcción de inmuebles que modifican la fisonomía tradicional de nuestros barrios. Solo algunos lograron la aprobación de estas leyes y modificar sus normativas. Generando un límite en su construcción.
En el presente, distintas asambleas presentan sus proyectos que impiden y limitan la edificación en altura. Viene sucediendo en Villa Ortúzar con el impulso de Somos de Ortúzar, y los integrantes de Somos de Ortúzar; en Devoto con Devoto Unido, conjuntamente con Conciencia Urbana de la Comuna 11.
Fue por impulso de las asambleas locales, durante 2022; Vecinos Unidos de Núñez y la Asociación Vecinal de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Belgrano Nuevo. La nueva ley se aprobó para reducir las alturas máximas en barrios cómo Níñez y Belgrano (Bajo Belgrano – Barrio River).
Pensamos que la destrucción del pasado reciente es un llamado de atención hacia nuestra «cultura barrial», que detentan nuestros «cien barrios porteños», con sus paisajes, cultura y patrimonio histórico y paisajístico.