ANTES DE QUE SEA TARDE…

En algunos feudos provinciales en donde la población autóctona desde hace cientos de año vive en condiciones infrahumanas y que se agravó con las plantaciones de soja transgénica y la fumigación de veneno utilizando para tal efecto las avionetas, esas poblaciones debieron emigrar a centros urbanos más desarrollados.
El Gran Buenos Aires, el territorio porteño, Córdoba y Rosario y Santa Fe fueron los que recibieron una cantidad mayor de familias que huían de su realidad esquiva.
Como es de suponer, traían consigo las enfermedades lugareñas como el Chagas, la tuberculosis y demás.
“La enfermedad de Chagas Mazza es una parasitosis trasmitida al ser humano por insectos hematófagos, considerada un problema de Salud Pública por la cantidad de población en riesgo. Luego de la malaria y esquistosomiasis, el chagas es la tercera enfermedad parasitaria endémica en América Latina. Según estudios realizados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina, existen 90 millones de personas en riesgo de contraer esta enfermedad, cerca de 18 millones (4 %) están infectadas y 5 millones de personas ya están enfermas” y que nos permite aseverar que es una enfermedad social prevenible pero no atendida por quienes deberían hacerlo en sus lugares de origen.
En los lugares antedichos, al menos, y a pocos metros tienen agua potable, posibilidades de conseguir changas y otros beneficios.
Así se produce la triste realidad de centros urbanos y una periferia con barrios en emergencia social.
La ciudad de Buenos Aires han crecido exponencialmente barrios precarios en los últimos tiempos en los cuales sus habitantes, como si fuese poco, deben tolerar la instalación del narcotráfico para colmo de males.
Las cifras ofrecidas por el Ministerio de Salud porteó son aterradoras:
“El 86 % de la superficie de nuestro país (2.780.000 Km. 2) está afectada por la endemia; y se estima que cerca de 2 millones de personas están infectadas, de las cuales sólo 600 mil presentarían algún tipo de manifestación clínica”
Ante esta realidad angustiante por si misma es necesaria reeditar aquel Tren Sanitario que se pusiera en práctica a propuesta del eminente Dr. Ramón Carrillo que allá hacia mediados del Siglo XX recorría los pueblitos de la Argentina Profunda vacunando a familias, chicos y ancianos logrando terminar con el paludismo, no sin una provisión de camas que en su gestión como médico sanitario logró con creces.
No fue el único médico leal juramento hipocrático. Hubo otros como el Dr. Pena quien en tiempos de la epidemia de fiebre amarilla en 1871 dejó sus cómodos sillones concurriendo a paliar en la medida de sus posibilidades la peor epidemia que se conoce.
Continúa informándonos la página oficial de www.buenosaires.gov.ar:
El diagnóstico de infección se realiza mediante tres tipos de reacciones sexológicas que son obligatorias en todos los bancos de sangre y controles de embarazo.
Los principales objetivos orientados a modificar la evolución de la enfermedad son los siguientes:
Implementar educación comunitaria dirigida hacia pacientes familiares y equipo de Salud.
Disminuir la morbimortalidad y los costos de la enfermedad.
Organizar un sistema de registros y control de tratamientos e impacto.
Promover la investigación científico-clínica y preventiva de esta patología.
Detectar la infección en forma temprana, especialmente en sujetos de riesgo.
Asegurar el tratamiento y seguimiento de los casos detectados
De hecho y como dato por demás alarmante, han vuelto enfermedades contagiosas antes erradicadas como la tuberculosis, la diarrea infantil a repetición y que el Dr René Favaloro recorriendo ranchito por ranchito en tiempos de médico rural enseñaba a los lugareños o el Dr. Esteban Maradona quien vivió por décadas atendiendo a los Wichis en la inhóspita selva formoseña.
Es estrictamente necesario políticas públicas de trabajo coordinado entre los distintos niveles institucionales.
Que no pase con la epidemia de fiebre amarilla que cuando se decidieron enfrentarla ya era tarde…

Tomado de www.nomáschicosconhambre.blogspot.com