ENTRE 100 MIL Y 150 MIL PERSONAS EN LA BEATIFICACION DE JOSE BROCHERO EN CORDOBA
Una multitud para el “cura gaucho”
Con el prefecto para la Causa de los Santos oficiando en nombre del Papa, el presidente de la Cámara de Diputados y el secretario de Culto representando al Gobierno, se hizo la ceremonia que lo transforma en beato
Una multitud llegada de distintos lugares del país participó ayer en la localidad cordobesa de Villa cura Brochero de la beatificación del “Cura gaucho”, como llamaban a José Gabriel del Rosario Brochero. Por medio de una carta, el papa Francisco expresó su alegría por el acontecimiento: “Es una bendición muy grande para los argentinos y devotos de este pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente”. La ceremonia fue presidida por el enviado papal, el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Causa de los Santos, quien leyó el instrumento por el cual el Vaticano concedió “al venerable siervo de Dios” la condición de “beato” y que dispone que “su fiesta pueda celebrarse” de ahora en más, cada año, “el día 16 del mes de marzo”. El titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, que asistió en representación del Poder Ejecutivo nacional, declaró: “Recibimos el llamado a ser peregrinos comprometidos con nuestro pueblo en este tiempo de fe en la Argentina”.
Domínguez, acompañado por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, afirmó que la beatificación “representa lo más profundo de nuestros orígenes, el de aquellos que hicieron de la solidaridad y el servicio al prójimo su filosofía de vida, confirmando los más altos valores de nuestra identidad”. Agregó que “la lucha del cura gaucho por la igualdad, por una sociedad más justa, es la lucha que compartimos como justicialistas identificados con la Doctrina Social de la Iglesia. Estamos en un nuevo tiempo donde en América latina, el humanismo social prevaleció sobre el liberalismo mercantilista deshumanizado, y la economía vuelve a estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía”.
El gobernador José Manuel de la Sota, por su parte, agradeció al papa Francisco por la beatificación y pidió que éste sea el “paso inmediato” de la santificación del sacerdote. “Cada tierra tiene los hombres y santos que se merecen. Pucha, qué lindo es que Brochero haya nacido en Córdoba y más lindo que nos siga acompañando en la fe y con su ejemplo de lucha para llevar a los pobres educación, trabajo, progreso, felicidad”.
El acto se desarrolló en un marco de alegría popular. En su homilía, el cardenal Amato valoró la figura de Brochero porque fue “un verdadero benefactor de la humanidad”. Por eso instó a seguir “admirándolo, imitándolo en sus obras materiales y espirituales”. El enviado papal señaló que el beato Brochero “dedicó su vida al bien y a la santificación de los fieles, sobre todo de los más necesitados”.
Resaltó que el sacerdote supo tener “un lenguaje simple, sencillo y popular para que todos pudiesen entender lo que decía. Un vocabulario serrano” que lo convirtió en “un verdadero comunicador que transmitía alegría y esperanza” a la gente. Valoró la “coherencia” entre la vida y la enseñanza evangélica de Brochero, a quien calificó como “una persona de gran riqueza espiritual que comunicaba el amor ilimitado de Dios”.
Amato aseguró que Brochero “se caracterizaba por la inmensa caridad pastoral frente a los más necesitados. Se olvidaba de sí mismo para salir a caballo a visitar a la gente de su pueblo. Lo amaban, lo seguían. Fue un verdadero benefactor de la humanidad”. Su labor pastoral, dijo Amato, incluyó la construcción de escuelas, albergues, iglesias y su intervención personal para que los trabajadores “reciban un salario justo”.
El enviado papal ofreció la comunión a los presentes. Los primeros en recibirla fueron Nicolás Flores y sus padres, Sandra Violino y Osvaldo Flores. En el 2000, Nicolas tuvo un grave accidente automovilístico y salvó su vida “al invocar su padre al cura Brochero, cuyo milagro fue el fundamento de la beatificación del ‘cura gaucho’”, se destacó durante la ceremonia. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI, hoy Papa emérito, firmó el decreto que reconoce el “milagro” atribuido a Brochero.
Esto se fundó en el hecho de que se considera que la recuperación de Nicolás “no tuvo una explicación médica” teniendo en cuenta que los estudios señalaban un pronóstico de “vida vegetativa” y problemas neurológicos severos tras sufrir el grave accidente vial.
Los organizadores del acto estimaron que participaron entre 100 mil y 150 mil peregrinos que llegaron desde distintos lugares de la provincia y de todo el país. En la carta enviada desde Roma, el papa Francisco consideró que Brochero “conoció todos los rincones de su parroquia, no se quedó en la Sacristía a peinar ovejas” y que la suya era “una visita del mismo Jesús a cada familia”. Lo señaló como “pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios. Se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe”. Insistió en que el sacerdote escapó de la “cueva del egoísmo mezquino que todos tenemos” y que conquistó para Dios a personas de “mala vida y paisanos difíciles”.
A las 10.27, una gigantografía con la imagen de Brochero fue desplegada en el altar, en medio de vítores y aplausos de la reunida en el predio ubicado en el Cerro de la Cruz, en Traslasierra. En otro momento de la ceremonia se pasó un video que muestra el momento en el que Francisco, en el Vaticano, bendice una campana que lleva la leyenda “Brochero, un cura con olor a oveja”. Ahora, la campana quedará en la parroquia del pueblo. El cura Brochero falleció en 1914, a los 74 años. Además de su tarea social, hizo gestiones ante las autoridades para la apertura de caminos, acequias, diques, una estafeta postal y el primer telégrafo. La enfermedad que le provocó la muerte lo había dejado sordo y ciego.
Extraído de Pagina/12 del 15/9/2013