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A pocas semanas de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer a nuestro juicio es saludable tocar un tema en el cual es damnificada o víctima directa por este solo hecho.
Leemos en el portal Wikipedia como tantas otras veces que nos permite orientarnos con definiciones concretas:
“La violencia de género es un problema que puede incluir asaltos o violaciones sexuales, prostitución forzada, explotación laboral, el aborto selectivo en función del sexo, violencia física y sexual contra prostitutas, infanticidio femenino, tráfico de personas, violaciones sexuales durante período de guerra, ataques homofóbicos hacia personas o grupos de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros”
Si bien la mujer como ya hemos dicho es víctima de estos abusos basados en la prepotencia o en situaciones de dominación, cuando los nazis atentaban contra homosexuales, lesbianas, bisexuales y demás de alguna manera también estaban produciendo violencia de género a través de alguna variante y que nos sirve como testimonio de las expresiones más arriba vertidas: la violencia de género, insistimos, no sólo persigue fines sexuales sino que imponen la relación causal entre sometedor y sometido.
Por otra parte, algunos autores la equiparan con la violencia de pareja, término más acotado que la violencia de género: este último «es un problema muy amplio y que no solo abarca las relaciones de pareja» y tal equivalencia de estos conceptos traería consecuencias negativas para las mujeres que requieren recursos institucionales de apoyo. En el caso de las relaciones entre personas del mismo sexo, la violencia de género —en el contexto de la violencia de pareja— podría ocultarse «bajo el manto de la heteronormatividad», sigue el portal mencionado desarrollando el tema que nos ocupa ahora.
(…) “La violencia doméstica término más restringido que, aunque está íntimamente relacionado, incluye la violencia «en el terreno de la convivencia familiar o asimilada, por parte de uno de los miembros contra otros, contra alguno de los demás o contra todos ellos», y donde se incluyen además de las mujeres, a niños, ancianos e inclusive varones (…)«Violencia de género es el término que engloba cualquier acto perjudicial perpetrado en contra de la voluntad de una persona y basado en las diferencias de atribución social (género) entre hombres y mujeres. Los actos de VG violan un determinado número de derechos humanos universales protegidos por las convenciones y los instrumentos internacionales. Muchas formas de violencia de género —si bien no todas— se consideran ilegales y actos criminales en las políticas y leyes nacionales» (UNFPA, 2012).
En nuestra Ciudad y nuestro país en forma paulatina por seguro que con el desarrollo de la democracia éste y otros temas van tomando un relieve particular.
Nunca antes se hablaba con similar convicción sobre derechos de las personas con capacidades diferentes; jamás habían sido tratados con seriedad y responsabilidad otros temas como el matrimonio igualitario, temas de peso como el de la muerte digna que consagra los derechos del paciente en estado terminal y otros temas como la trata de personas van apareciendo con la fuerza que el tema impone.
Por otra parte también como parte de esta incipiente democracia también el resurgimiento femenino que impone la igualdad entre hombre y mujer, va paso a paso tomando un valor superlativo y que nos habla de un cambio de época cada vez más indisimulable, cada vez más evidente.
Hemos querido, concluyendo, empezar a tocar estos temas pero dejarlo abierto a otros pensamientos e ideas en la convicción que por ese mismo desarrollo de la democracia. Puedan servir esta página para aportar a un debate, a una práctica, que, a su vez, impone nuevas alternativas y que el futuro deberá responder por esta temática.
