21 de marzo: DIA MUNDIAL DEL SINDROME DE DOWN
Informa: Natalí San Pedro
La Down Syndrome International propuso instituir este día para contribuir a la integración y la igualdad de oportunidades de las personas con capacidades diferentes, y destacar sus habilidades y potencialidades. El primer paso para apoyarlos en su desarrollo debe darse en el nivel escolar, hasta lograr su integración en los diversos ámbitos sociales. El síndrome de Down es una alteración genética que produce grados variables de retraso mental, y quienes la padecen son más propensos a tener problemas de salud. Descripta por primera vez en 1866 por el médico inglés John Langdom Haydon Down (1828-1896), fue recién en 1958 que un genetista francés, el doctor Jerôme Lejeune, descubrió su causa: las células del organismo humano están compuestas por 23 unidades de dos cromosomas (uno proviene del padre y otro de la madre), pero en algunas personas la unidad Nº 21 consta de tres cromosomas y no de dos, siendo esta condición la que determina el conjunto de características llamado síndrome de Down. Aludiendo a esa diferencia, el 21/3 fue la fecha elegida simbólicamente para instituir este día.
NOTA DEL DIRECTOR: Los «normales» que fabrican guerras para quedarse con la riqueza de los pueblos mintiendo no sin alevosía sobre la tenencia de armamentos de destrucción masiva como ocurrió en Irak por ejemplo, deberían aprender de la bondad, de los down que dicen lo que piensan y expresan lo que sienten. No son ellos quienes están destruyendo el ambiente humano, provocando el cambio climático o provocando el efecto invernadero. Tampoco son los down que se apropian de las riquezas que nos han sido legado a todos pero unos pocos se las apropian causando hambrunas, miserias, epidemias como el SIDA para citar tan sólo una de estas pandemias. Son los down quienes viven dando amor en un mundo que solo ofrece violencia. En síntesis: ojala pudiéramos aprender de ellos, reconocerlos, sentirnos iguales y garantizarles idénticos derechos conformando un mundo al servicio de todos y no de una selecta minoría.
Por eso señores míos: sean mogólicos, no sean «humanos»