A pocas horas de Semana Santa, a la cual nada hay que celebrar ni siquiera la vuelta de Jesús porque en realidad no se fue y mucho menos volvió,la Ciudadde Buenos Aires y el conurbano bonaerense conocieron de la única manera que hoy se lo puede recibir a quien llegaba hasta María para anunciarle la llegada del Salvador: con una tormenta de aquellas que no es casual, que no es circunstancial, sino producto del desastre que están haciendo los fariseos del templo actual, con sotana o sin ella.
Antes y no hace mucho tiempo atrás los desastres se producían de tanto en tanto pero ahora, con los cambios climáticos por medio, sino sucede algo en nuestra ciudad lo será en otras latitudes. Tsunamis, terremotos en grado superlativo, aumento o descenso de la temperatura, desmoronamiento de minas, guerras utilizando armas inimaginables, todo esto se está viviendo hoy, ahora y tal, quien lo puede saber, en estos momentos que estamos leyendo esta nota se está produciendo un desastre ambiental de envergadura (y que los idiotas de siempre culparán a uno u otro gobierno del color político que fuese)
“La fuerte tormenta que afectó a la Ciudad de Buenos Aires y a varios sectores del conurbano, donde se registraron ráfagas de viento cercanas a los 120 kilómetros por hora que provocaron apagones generalizados, provocó la voladura de techos, carteles y la caída de cientos de árboles. En la Capital se registró la caída de granizo en barrios porteños como Villa Urquiza, el microcentro, Núñez y el norte de la capital, como también en el conurbano bonaerense, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El organismo nacional detalló que se calcula que las ráfagas de viento podrían haber superado los 120 kilómetros por hora”, leemos en la versión digital de TN.
¿Estaremos ante el anuncio de una nueva llegada del Salvador que esta vez no vendrá a sugerirnos que nos amemos los unos a los otros?
El mensaje de los grandes profetas ha sido desoído; la gesta de Moisés ha sido traicionada tanto como la de Jesús. ¿Habrá llegado el momento de una nueva Arca de Noé y que se salven aquellos que realmente del ideario Bíblico hagan su razón de existir terminando con la pobreza, el hambre, las desigualdades sociales, las apetencias de poder, el armamentismo, la droga, la trata de personas, las guerras por el petróleo y demás plagas que algunos producen contra otros hombres?
“En la plaza de Pompeya se contabilizaban cinco árboles caídos y un gran cartel de publicidad sobre dos automóviles, en tanto un techo de la estación de servicio ubicada en avenida La Plata, a la altura de Carrefour, se corrió y estaba a punto de caerse. En Soldati, las aguas del Riachuelo se vieron desbordadas y cubrían por centímetros el asfalto. En algunos sectores del conurbano, como la zona norte pero también en el sur, por ejemplo en Ingeniero Budge, se reportaron cuantiosos daños y varios lastimados. Quilmes, Solano, Ezpeleta y Bernal estaban virtualmente incomunicadas, ya que el temporal destruyó antenas y dejaron de funcionar las líneas telefónicas, entre ellas el 911, y los celulares”
Los desastres climáticos no se producen porque sí. No son una lotería y más que ir a asombrarnos por la caída de un glaciar sería oportuno e interesante que nos preguntáramos porque sucede.
Las cosas no pasan porque sí. Todo tiene explicación.
Al Gore en nuestro video de www.lachacritaonline.com.ar detalla claramente los efectos de someter a la naturaleza al arbitrio de voluntades inconfesables.
Sugerimos que se vea la conferencia, pero más que verla con los ojos de un desprevenido pasatiempista la observemos y la estudiemos en sus causas y efectos, las cuales alguna participación deben tener en los últimos cambios bruscos que han pasado en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires en los últimos treinta días.
Esperemos que los desastres climatológicos puedan al menos tener un paliativo pero esto ya depende de todos…
Imagen gentileza de TN