Irene Dab fue declarada Personalidad Destacada de los Derechos Humanos en una ceremonia en la que estuvo acompañada por el Subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Claudio Avruj, y la fundadora y el presidente del Museo del Holocausto, Graciela Jinich y Gustavo Sakkal respectivamente.
No por nuestro pensamiento judeo-cristiano expresado en términos filosóficos que es una de las caras del cristianismo este ultimo ligado a la fe, deja de dolernos la inmensa e inenarrablemente que se haya llegado al nivel de eliminar a otro ya sea por sus creencias, por cuestiones genéticas u otras.
¿Qué es una situación límite sino esto?
50 millones de personas fallecieron a causa de bombardeos sobre poblaciones civiles y esto sucedió cuando la «racionalidad» se invirtió en sus valores de base; cuando dejó de ser racional, para expresarlo en palabras sumamente inconfundibles.
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires distinguió a Irene Dab, sobreviviente del ghetto de Varsovia, como Personalidad Destacada de los Derechos Humanos. El encuentro se realizó ayer por la tarde en el Salón San Martín del Palacio Legislativo, donde el legislador Daniel Lipovetzky (PRO), hizo entrega de la distinción a la homenajeada.
El ex Secretario de Inclusión y Derechos Humanos de la Ciudad, Claudio Avruj destacó: “El testimonio de Irene es muy importante para recrear la historia del pueblo judío. Nos ayuda a reconstruir la memoria de un pueblo que sufrió el mayor exterminio del siglo XX y a no olvidar las atrocidades ocurridas en el ghetto más grande de Europa”.
Sucedió cuando se pretendió convertir a la persona en predicado y no en sujeto que construye su propia historia desde, para y junto al semejante. En los hechos, en forma palmaria, quien tenemos al lado tiene menor valor que un cajón de verdura en mal estado.
Dos bombas atómicas cerraron esa etapa de la historia, hubo otras: En efecto, el exterminio del pueblo armenio, la guerra civil española fueron su antecedente… Luego le siguieron, los gitanos hasta arribar a las personas con capacidades diferentes, las personas con distinta orientación sexual y, por supuesto, (¡Cuándo no!), africanos, negros más todo aquel que no respondiera «al ideal genético», como si éste pudiera determinar la calidad del semejante por nacer: una barbaridad atroz que no resiste el menor análisis.
El exterminio del «opuesto y del distinto» se propagó durante años, décadas y el siglo veinte; en menor medida también se expresa cuando un muro se opone entre dos pueblos separando amores, familias, etc., hecho que es la expresión palmaria que nadie está exento de decir o hacer estupideces, lo grave es hacerlo con énfasis. ¡Otra vez, la estupidez es el fruto de un duro esfuerzo personal» pero volcado ahora a distintos grados de divisiones y fuerzas para imponerse.
En una misma línea, Lipovetzky destacó la creación del «Día de la Convivencia en la Diversidad Cultural» por parte de la Legislatura porteña. “Esta Ley tiene como objetivo enaltecer la memoria de aquellos, como Irene, que son eternos defensores de los Derechos Humanos”, afirmó el legislador. Y agregó: “Tenemos que aprender a convivir a pesar de nuestra diversidad cultural porque de eso se tratan los Derechos Humanos, de respetar al otro más de las diferencias étnicas e ideológicas”
Una vez más la desobediencia al concepto bíblico de los 10 mandamientos y en particular de aquel que en Génesis dice que al hombre, también a la mujer, por que el género no puede diferenciarlos, les fue entregada la tierra para abastecerse de ella pero unos pocos se la apropiaron, esclavizando a los demás.
De última, es lo que nos diferencia de otros animales: éstos no matan por placer, éstos no pretender imponerse para dominar. Estos por último viven en perpefecta armonía con Padre Sol, la Madre Tierra y la Hermana Naturaleza…