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JUANA AZURDUY DE PADILLA. CORONELA DE LA INDEPENDENCIA

Doña Juana Azurduy nació en Toroca, población al norte de Potosí, que pertenecía al  Virreinato del Río de la Plata, estado plurinacional de Bolivia a la fecha) el 12 de julio de 1780.

                                 Hija de Matías Azurduy (hacendado) y de Eulalia Bermúdez. Juana era hija de un criollo y una indígena.  Ambos fallecidos cuando la heroína tenía la edad de siete años. Con un hermano fallecido, y su hermana Rosalía, ambas quedaron a cargo de tíos que no toleraron la llamada «indisciplina» de Juana enviándola a un convento. Así marcha al Convento de Santa Teresa en Chuquisaca, para educarse y consagrarse en monja. No logrando a su paso por los claustros otra cosa que ser expulsada.
                                    Juana contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, hijo de hacendados y vecino a la casa familiar. De ese matrimonio nacieron sus cinco hijos. La familia completa se unió a la lucha por la Independencia. Las ideas que la pareja perseguía era el fin del vasallaje español. Durante esos años sus hijos murieron por el brote de malaria. Ellos crearon un ejército destinado a independizar su territorio. Llamados Los Leales. Juana cabalgaba como un jinete de guerra, así le había enseñado su padre, a más aprendió todo lo referente a las estrategias de combate, que eran en ese tiempo preservadas a los varones. Hablaba la lengua quechua con su madre y ésto le permitió un lugar ascendiente entre los hombres de su hacienda. Participando en los movimientos independientes de La Paz, Cochabamba y Chuquisaca que desde 1809 estaban activos contra el Virreinato.
                                   Con Ascencio Padilla no tardaron en sumarse al Ejército del Norte que lideraba el General Belgrano. Fueron capaces de romper el frente que sostenían los realistas, con bravura e inteligencia sorprendiendo y batallando sin parar junto a sus pares en la lucha. La región luego quedó debilitada a las órdenes del General San Martín, quien enfiló sus hombres por Chile, para hacerse del Alto Perú, dejando a la región a merced realista. Pudo sobrellevar sus dramas personales, como la muerte de sus hijos, llegó a combatir luego de la muerte de su esposo el General Padilla, quien ofrendó su vida en batalla para salvarla.
 Esa niña pudo nacer en medio de las contiendas. Y ya Juana era leyenda en combate. Se sumó a las fuerzas del General Güemes defendiendo la Salta independentista y Jujuy. Sus recursos eran escasos y la guerra de guerrillas daba sus frutos. En 1821, el General Juan Martín de Güemes fue muerto en una emboscada y diezmadas sus fuerzas.
                                      Manuel Belgrano ya le obsequiado su espada como símbolo de valentía, entrega y poniendo en evidencia su respeto y admiración poco comunes a una mujer, ya que en 1816 fue nombrada Teniente Coronel de las Milicias Criollas del Alto Perú. Joya de la Corona que defendían los realistas como a sus ojos. Barrera infranqueable hasta entonces. No para Juana Azurduy.
                                       Los precios que pagó Juana. Desorientada y con sus duelos a cuesta, pobre, regresa Juana a Jujuy, donde sobrevive por la venta de baratijas, logra una pensión mísera que le da el gobierno luego de ser reconocida por Las Heras y pelear su sustento ante los Juzgados de la época. Todo es poco. Juana muere un 25 de mayo. A la edad de 81 años. Sus restos fueron llevados al osario común. Siendo la Patriota que fue, no se le permitió a su pequeño cortejo, pasar por medio de la Ciudad de Jujuy, donde se festejaban los días Patrios y la Independencia.
                                         Ascendida a Generala 147 años después, fue Cristina Fernández de Kirchner quien le confirió el alto grado militar. Fue en una sesión especial, de la Asamblea Legislativa Plurinacional boliviana de la Ciudad de Sucre, donde hoy descansan sus restos. Su sable, acaso la compañía que no la abandonó.  Juana murió en Jujuy el 25 de mayo de 1862. Fue llevada a la actual Bolivia, donde es honrada como en nuestro país como Heroína Nacional. Juana tiene su monumento excepcional de 21 ton. de  hierro frente al ex Correo Nacional, (hoy convertido en el Centro Cultural Kirchner). Los daguerrotipos y pinturas de época la muestran con ropas militares y pelo corto. Su entrega en cuerpo y alma  a la causa de la Emancipación de los Pueblos de Amèrica del Sud la hace merecedora de nuestro respeto y eterno reconocimiento: GLORIA A JUANA AZURDUY Y SU GESTA DE LIBERACIÓN COMO MUJER ROMPIENDO TODOS LOS CÁNONES DE LA ÉPOCA QUE LE TOCÓ VIVIR. 
VIVIS EN NUESTRA MEMORIA E HISTORIA!  

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