El caso Marita Verón es un nuevo testimonio de una justicia lerda, de una lentitud que exaspera.
«Desgraciadamente me convertí en especialista de este delito porque lo palpé, lo viví. Y busco a mi hija. Jamás la voy a dejar de buscar, caiga quien caiga. Mi misión es mi hija. No quiero cerrar los ojos hasta antes saber de ella. Hay muchas chicas desaparecidas que estamos ayudando, pero yo quiero a mi hija», dijo con firmeza Trimarco.
La trata de personas, sin embargo, está en todos lados. Son víctimas de inescrupulosos contactos tanto a nivel nacional como internacional y detrás de esos contactos, se encuentran las redes más preocupantes. No es difícil encontrarnos aún con adolescentes que van y vienen de distintas latitudes, según conveniencia.
Están en todos lados, en las adyacencias de las terminales de trenes, en las estaciones de mayor o menor nivel de importancia. No importa la concurrencia; cada lado, cada lugar, es un territorio a explotar y lo hacen sin escrúpulos.
Niñas, mujeres, adolescentes y hasta de cierta edad y en donde se pueden distinguir con la simple mirada desde las más remotas nacionalidades, razas, etc.
“El caso de Marita Verón, una joven argentina de la provincia de Tucumán que fue secuestrada hace 9 años, el 3 de abril de 2002, a los 23 años, y de la cual se ignora su paradero desde hace 520 semanas. Se presume que habría sido secuestrada por tratantes de personas para obligarla a ejercer la prostitución, y que podría haber sido trasladada forzosamente a la provincia argentina de La Rioja, o a España. Marita Verón había dejado su casa el 3 de abril de 2002 para dirigirse a una consulta médica, y de acuerdo a la descripción de un testigo habría sido secuestrada por gente que bajó de un auto rojo. Tres días después fue descubierta por la policía en la localidad de La Ramada, a más de 30 kilómetros, usando zapatos con tacones en lugar de las zapatillas que tenía al desaparecer. Al parecer escapaba de una fiesta sexual, y los policías la habían dejado en un ómnibus que regresaba a Tucumán, aunque nunca llegó a su destino”, se puede leer en el portal Wikipedia.
Bajo el título “El 5 de abril de 2012. Aocho de la desaparición de Marita Verón, el portal www.barriada.com.ar nos cuenta la crónica de los actos a realizarse.
“(…) las mujeres y niñas desaparecidas y secuestradas en democracia por las redes de trata para la prostitución. Organizaciones feministas, sociales, políticas, estudiantiles, y sociedades de fomento invitan a participar de dos actividades:
Sala José Luis Cabezas del Congreso de la Nación, conferencia de prensa de familiares junto a Diputados y Diputadas Nacionales y organizaciones feministas, sociales y políticas para pedir agilización de las causas judiciales y aparición de todas las mujeres desaparecidas y secuestradas por las redes de trata , estarán presentes Julia Ferreira ( Madre de Andrea López) , Madre y hermano de Florencia Penacchi, Madre de Dana Pecci, Madre de Florencia Sire, familiares de Maria Auxiliadora Guillén entre otras”
El caso Marita Verón es un nuevo testimonio de la hipocresía de un sistema perverso basado tanto sea en los dimes y diretes quienes aparentan fortaleza cuando en verdad esa pretendida fortaleza deja más huecos éticos, más vacíos, más dudas que certezas.
“La investigación llegó hasta tres cabarets riojanos, «Candy», «El Candilejas» y «El Desafío» (hoy rebautizado «La Isla»), que operaban como tapaderas de prostitución. La Cámara de Apelaciones de Tucumán los describió de esta manera: Lugares destinados al ejercicio de la prostitución donde hay un sistema de reclutamiento de mujeres incluso mediante su privación de libertad». Una de las mujeres liberadas gracias a la investigación, de nombre reservado, declaró haberla visto en «candy», con el pelo teñido y lentes de contacto celestes”
El caso Marita Verón debe ser una prueba para una justicia que debe serlo realmente. Debe ser el compromiso de una Institucionalidad que no se agote en palabras, de gobiernos que pasen del discurso a los hechos: la falta de gestión no es sólo no hacer nada, sino también de hablar demasiado, de discursos floridos, de hegemonismos que no agregan demasiado. Más que todos estos significados y significantes es necesario crecer en integración e inclusión que debe ser una realidad y no el discurso de barricada.
“Marita Verón había dejado su casa el 3 de abril de 2002 para dirigirse a una consulta médica, y de acuerdo a la descripción de un testigo habría sido secuestrada por gente que bajó de un auto rojo. Tres días después fue descubierta por la policía en la localidad de La Ramada, a más de 30 kilómetros, usando zapatos con tacones en lugar de las zapatillas que tenía al desaparecer. Al parecer escapaba de una fiesta sexual, y los policías la habían dejado en un ómnibus que regresaba a Tucumán, aunque nunca llegó a su destino”
Son tiempos de hablar menos y de no esperar que el agua o la sangre lleguen al río como con el asunto del narcotráfico que se les fue de las manos porque estaban interesados en cualquier cosa.
Fundamentalmente y hay que decirlo, la conversión de un país de tránsito a productor de no fue de la noche a la mañana: ¿No pudieron, no quisieron o no supieron tomar el toro por las astas?
“El 08 de febrero de 2012 comenzó en la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, en la pcia. de Tucumán, Argentina, el juicio por el caso Marita Verón. En el banquillo de los acusados declararán 13 personas, 7 hombres y 6 mujeres vinculados al secuestro y la promoción de la prostitución. Además, participarán más de 150 testigos durante los tres meses por los que se extenderá el juicio. El 16 de febrero en el sexto día de juicio y segundo de declaración de Susana Trimarco (Madre de Marita Veron) contó parte de los 10 años de búsqueda de Marita”, leemos una vez más en el portal Wikipedia.
Sin embargo, el caso no terminará en la sentencia sino cuando la dirigencia tanto a nivel nacional, provincial o municipal ya sea de orden jurídico, político, empresarial, clerical de la fe que se quiera, deje de estar ausente y asuma su compromiso y responsabilidad como Nación y no de factoría como hasta ahora.
Cuando esto sea así, cuando se preocupen en hacer y no en decir, los casos como el Marita Verón o el María Soledad que todos recordamos, serán un triste recuerdo más que testimonio de esa dirigencia irresponsable que sólo busca que sólo busca perdurar.
Cuando esto ocurra por fin viviremos en un país y no en una parodia sujeta a intereses sectoriales o directamente a conveniencias que permitieron que el país hoy sea productor de drogas y de no cambiar, será el paraíso de la trata de personas al mismo tiempo que sede internacional de la vuelta de la tuberculosis u otras enfermedades antes erradicadas.
Que aparezca Marita Verón y todas las víctimas de la trata de personas y que a algunos no deban jubilarse por invalidez si se les cortara la lengua.
Imagen gentileza de Telam.com.ar