“No se lucha contra el dengue fumigando, se lucha contra el dengue eliminando los pequeños lugares donde se puede almacenar”, sostuvo el vicejefe de Gobierno, y recordó que también hay que tener en cuenta los “lugares de desagüe donde hay que tirar agua hirviendo para que no se creen las larvas”.
Para ser sinceros estimamos que la batalla contra el dengue es francamente eso: una batalla y de nunca acabar.
También nos parece oportuno la definición del Vicejefe cuando afirma que esa gran pelea no dará resultados positivos tan sólo fumigando si no que hay que ir profundizando arrojando agua hirviendo en los lugares de desagüe.
Por su parte, la Ministra de Salud del Gobierno porteño expresó:
Una de las principales acciones de prevención es impedir la presencia del mosquito transmisor en las casas y sus alrededores. Por eso, es importante limpiar, fregar y secar el interior de recipientes que pueden juntar agua, dentro o fuera de la casa; renovar el agua de los floreros y bebederos de animales cada dos días; colocar boca abajo los recipientes en desuso; tapar los recipientes que almacenan agua y colocar arena en aquellos que no pueden ser eliminados. También hay que limpiar las canaletas y desagües pluviales de la casa; tirar agua hirviendo en canaletas y rejillas y cubrirlas con tela mosquitera; no atar botellas a árboles y canteros, y limpiar bien los portamacetas.
Por otra parte resulta imprescindible tomar conciencia que precisamente en los lugares en emergencia social, las llamadas villas, por el grado de falta de higiene en especial en los días de lluvia donde el barro dice presente con toda su furia también es un caldo de cultivo.
Durante los años 1880 en tiempos que la Generación del Ochenta cuando ésta se reservó la ciudad para sí impidiendo la llegada de los sectores medios a los lugares de desición hecho que motivó un movimiento social como el Yrigoyenismo y la sanción de la ley Saénz Peña que posibilitó el voto universal y secreto pero derrocado Don Hipólito vuelve a tomar las riendas esa misma generación escribiendo páginas vergonzantes para el ideario nacional creyó haber logrado sus objetivos malsanos pero como el agua siempre pasa a pesar que quiera detenérsela, años posteriores ya en 1945 otra etapa del Movimiento Nacional surge con el peronismo la Patria Sublevada que es una continuación de las luchas populares por un país mejor y para todos.
En aquellos años 1880 la ciudad presentaba unos infames cuartuchos que pasaron a la historia bajo el nombre de «conventillos» que en muchos casos no eran otra cosa que tugurios con piezas de cuatro metros por costado en donde se hacinaban las familias. También y hay que decirlo, muchos de estos infames hospedajes -hoy hoteles para pasajeros- habían sido refaccionados por las familias patricias con la sola intención de construir una pieza tras otra.
De este modo, esa generación del ochenta logró formidables dividendos inventando expresiones reñidas tales como «somos de familia bien» y otras estupideces a las que son tan adeptos si les conviene a sus mezquinos intereses.
Precisamente luego de la caída del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, exiliado el Padre de la Patria el General San Martín, estando muy enfermo el General Manuel Belgrano, desde 1852 en adelante se producen año tras año las peores epidemias de las que se pueden tener memoria tal la de Fiebre amarilla que produce el mismo mosquito hoy combatido.
Concluyendo debemos saludar las recientes urbanizaciones en los barrios necesitados de atención. Estas urbanizaciones también forma parte de la batalla contra el dengue a la que hoy nos hemos referido.
Publicado 5.1.2018