LA IMPORTANCIA DEL DEBATE Parte II

Legisladores porteños reunidos en el salón Presidente Perón dela Legislaturadela Ciudadse juntaron por largas horas para debatir un proyecto en el que participaban nada menos que cuatro comisiones participando, además con la presencia de profesionales de la salud y juristas, entre otros, quienes todos y cada uno tenía algo importante que aportar a uno de los grandes temas que hacen a la construcción de un modelo de sociedad madura y que trata TODOS los temas de la misma forma.

Otras tantas comisiones pero esta vez del Senado dela Naciónse dieron cita para debatir, para aportar, para encontrar consensos que permitan resolver tan fundamental cuestión.

Participaron, según el portal elargentino.com en una reunión de varias horas exponiendo jueces, integrantes de los comités de bioética de universidades públicas y privadas, y de hospitales y organismos médicos especializados, como el Incucai y la secretaría de Derechos Humanos del gobierno nacional. Las comisiones de Salud y Deportes, de Legislación General, de Presupuesto y Hacienda, y de Trabajo y Previsión Social recibieron los testimonios sobre cinco proyectos que presentaron el porteño Samuel Cabanchik, los oficialistas César Gioja (San Juan), Elena Corregido (Chaco), Liliana Fellner (Jujuy) y la justicialista federal puntana Liliana Negre, lo cual da una idea de prioridad nacional que se le está dando a la confección de una Ley que viene a llenar un vacío por años y sometidos al arbitrio de unos pocos que pretenden tutelar y juzgar qué temas se pueden tratar y cuales no.

El Legislador Samuel Cabanchic fue muy expreso en acotar “que el proyecto tiene el propósito de crear un registro público sobre la voluntad de los pacientes acerca de lo que debe hacerse en caso de ingresar en esa emergencia”, agregando luego que «una respuesta del Estado para que facilite ese trance tan duro. Cada vez hay más médicos que se dan cuenta de la limitación terapéutica cuando ésta se vuelve cruenta y es una combinación de aparatología y farmacología»

El mencionado legislador nacional no fue el único en dar su opinión en un tema en el cual todas las opiniones son importantes, valiosas y necesarias tanto como las experiencias en un todo desagradables cuanto se trata de salud.

“La primera oradora fue Florencia Luna, autora de numerosos libros de bioética y coordinadora del área de Flacso. Se refirió al proyecto de Cabanchik, sobre el cual dijo que “respeta a los pacientes y busca resolver los problemas que hoy existen”. Habló de la importancia de la limitación del esfuerzo terapéutico y de poder retirar el soporte vital cuando el tratamiento es fútil para el paciente. También resaltó el hecho de que los familiares y las personas cercanas afectivamente al paciente puedan tomar decisiones si la persona no dejó por escrita su voluntad anticipada”, expone Clarin retornando a su costumbre de informar como medio de comunicación.

Como hemos dicho, la importancia conceptual del tema movilizó a distintos actores en el área legislativa, médica, etc. Seguimos leyendo en el portal clarín.com

“Por su parte, Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), instó a recuperar la alianza médico-paciente para que “el arte médico no se someta a judicialización”. Pidió no tomar a la alimentación y la hidratación como ensañamiento terapéutico y remarcó la importancia de la evaluación previa: “Es mucho más difícil retirar que poner”, dijo en referencia a la asistencia respiratoria mecánica.

“Tengo más dudas que certezas –empezó Ricardo Rabinovich, profesor de derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA)–, pero desde el juramento hipocrático los médicos buscan lo mejor para sus pacientes, no la cura. Y a veces lo mejor no es la cura sino la dignidad”. Rabinovich aseguró que “es imprescindible modificar el Código Penal para quitarle al médico el miedo de que lo acusen de homicidio agravado”

Nadie se quiso quedar sin aportar lo suyo en la temática desde sus saberes, de sus honestas posiciones en la cuales lo fundamental es que hay que hacer algo y no puede quedar durmiendo en un cajón un debate que se vale por si mismo.

Médicos, profesionales, actores sociales, todos quisieron decir lo suyo y en el mismo portal también podemos leer las opiniones de otros calificados profesionales:  Fernanda Ledesma, del comité de bioética del hospital Garrahan, se permitió dudar: “¿Es correcto que una persona esté años y años en terapia intensiva porque la tecnología lo permite? ¿Eso es vida? ¿Hasta dónde hay que llegar? ¿Cuándo parar?”. Carlos Castrillón, de la facultad de medicina de la UBA, también habló de la tecnología, y sostuvo que debe ser un medio, no un fin: “La tecnología debe estar bien empleada, hay que acabar con el imperativo de que la ciencia lo puede todo”.

En esta recopilación de pensamientos y opiniones todas prudentes y sentidas pero también basadas en la profesionalidad, quisimos mostrar la diversidad de ideas, de criterios y que resulta necesario avanzar en la construcción de una sociedad adulta y que se anima a pensar por si misma y más allá de imposiciones oscurantistas que tantas veces la retrasaron en su madurez social.

Quizás y como telón de fondo en esta termática, nuestro país marcha mancomunadamente en el concierto de las naciones en un tema que no nos condiciona tan solo a nosotros sino al mundo de la ciencia y de los derechos de cada uno de nosotros. En buena hora para terminar con esos tutelajes que le imponían a la sociedad un espíritu más cercano a las prácticas de la inquisición que a los tiempos modernos que debemos profundizar y avanzar en forma decidida.