Entre otros barrios, el de Palermo presenta una reformulación urbana digna de resaltar.
Allá por los años noventa como popularmente era conocido “viejo Palermo” era una realidad insoslayable: arterias empedradas y en mal estado por lo general, producto del paso del tránsito pesado y una población que orillaba los 60 años de aquellos momentos –muy diferente al actual gracias a los adelantos en cuidado de la salud entre otros aspectos.
La Avenida Juan B. Justo también en malas condiciones, el puente que ahora requiere mayor atención dado el paso del tiempo, fue mejorando el aspecto aunque no alcanzaba por cierto construido no bajo superficie como los actuales evitaba los atrasos productos del paso del General San Martín y que en muchos casos llegaban con mercadería y una larga formación.
Es necesario destacar que este sector de Palermo presentaba un sólido parentesco con el barrio de La Paternal, rico en galpones que eran utilizados para acopiar vinos y otros productos en especial sobre la calle Warnes.
Llegado el momento cuando el menemismo liberal regaló las empresas públicas convirtiéndolas en recaudadoras en lugar de empresas de servicio, la infame actitud dejó un tendal de galpones vacíos que de a poco algunos fueron intrusados por quienes se convertían en víctimas del desaguace del Estado o por otras empresas que compraban cartones y papeles a una nueva actividad: el cartoneo y que en muchos casos la realizaban la prole familiar que por moneditas más otras lograban el sustento diario.
Para conocer en detalle del “Menem lo hizo” sugerimos ver la película de Pino Solanas “La última Estación” donde nos muestra el ferrocidio, una de las más canallescas obras respecto a la privatización de los ferrocarriles argentinos.
En nuestro barrio de Palermo sobre la Avenida Godoy Cruz un grupo de personas ocupa bodegas Giol convirtiendo el lugar en un sitio para el cuidado del medio ambiente recuperando, reciclando y reduciendo los desperdicios urbanos.
Con el tiempo la ex bodega Giol es utilizada para la creación del Polo Científico Tecnológico sobre la avenida Godoy Cruz que antes de terminar con los desbordes del arroyo Maldonado era tierras de taitas y compadres, parte del Buenos Aires orillero que Don Jorge Luis Borges, el exquisito novelista y poeta nos lo pintara con su esmerada pluma.
Con la llegada de Canal 9 y América aquel sector conocido como Palermo Viejo fue adquiriendo otra presencia también con la llegada de juveniles años que se mudaron a la zona convirtiéndola en un barrio que muy poco tiene que ver con Palermo Viejo.
A partir de la instalación de estos medios de comunicación, otras empresas ligadas al quehacer se fueron instalando creándose algo parecido al Polo comunicacional.
Sin duda fue un cambio para bien sumándose a lo narrado la instalación de comercios tales como bares, restorantes, parrillas, etc.
Esta es la historia de un sector que no es el único; esta es la historia de la reconversión urbana desde aquellos años donde el sector integraba la Quinta Bollini, uno de los pioneros barriales y a quien, aún hoy se le debe el merecido homenaje.
NOTA DE LA REDACCIÓN: Queremos resaltar que parte de esta fue producto de las conversaciones mantenidas con el arquitecto Jorge Boullosa, historiador barrial y ex Presidente de la Junta de Estudios Históricos de los barrios de Chacarita y Colegiales.