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PEPE SORIANO, PERSONA, VECINO ¿ALGO MÁS SE PUEDE DECIR?

“A los 82 años, la cara de Pepe Soriano debe ser una de las pocas reconocibles para varias generaciones de argentinos. Ha protagonizado decenas de películas, obras de teatro y programas de televisión que lo hicieron merecedor de numerosos premios, y cada uno de ellos fue merecedor de numerosas entrevistas”, expresa en una parte de un extenso reportaje la periodista Marcela Stieben para el portal página12.com del día martes 16 de abril de 2012 y más allá de lo sabroso y merecido encuentro entre la colega y una las celebridades más entrañables de la escena nacional; más allá de la pluma esmerada de Marcela Stieben, como medio zonal queremos destacar al Maestro, al buen tipo, al vecino quien tuvo la dicha porque no todos lo logran, de volver a la misma casa donde pasara muchos años de su infancia y su vida.

Ochenta y dos años que no pasaron en vano, ochenta y dos años con todas las vueltas y revueltas que tiene la vida cualquier mortal, con sus momentos de felicidad y de angustias como todos los que se mueven en este mundo, Pepe Soriano en lo esencial puede demostrar que es persona y más aún en estos tiempos que serlo, es una meta a alcanzar.

El rabino Ricardo Goldman como en muchas otras expresiones definía el horizonte, la meta para decirlo con otras palabras, porque si bien Dios nos hizo humanos hoy debemos convertirnos en personas. Y no es poco eso.

Consciente seguramente de ese punto de llegada, de ese lugar en el podio, Pepe Soriano vino a aportar a tal cometido.

Puede y quién lo dudará, llevar el pergamino de todos sus actos tanto en las tablas o sin ellas; podría ser Don Pepe y quién le criticaría algo si lo hiciese. Pero no. Prefiere ser un vecino que camina su barrio, que vive sus calles, que compra en el almacén de la cuadra y disfruta haciéndolo. Es como el gran poeta ya fallecido Don Enrique Banchs que hace tantas décadas atrás se cruzaba desde su vivienda en Delgado al 800 y le encantaba cruzarse al almacén de enfrente a conseguir determinada necesidad cotidiana.

Es como Carlitos Caron, una pluma del Buenos Aires contado desde la vivencia personal pero como si fuese poco, con bastante ironía y con la capacidad intelectual de los grandes. Una pluma que inventó a la persona y que la persona inventó a la pluma, allá en Liniers, en su querido barrio del oeste capitalino al que lo vivió en su extrañable capacidad de vecino liniersense.

No todas son flores en la vida; Don Pepe puede dar crédito de eso. “Hace unas cuantas décadas, más precisamente el 25 de septiembre de 1929, nacía en Buenos Aires José Carlos Soriano, gran actor, intérprete, dramaturgo y director que supo conquistar el aplauso del público argentino y del pueblo de España, donde se exilió durante la última dictadura militar” y llegada la democracia sin necesitarlo personalmente, sin ser una causa propia o para si, trayendo los latigazos del destierro –una de las peores torturas de la historia- vuelve a Buenos Aires y entre un momento y otro, se encuentra ante la injusta situación de muchos actores que la pasan mal, demasiado mal, pero que un canal de televisión pasa películas viejas en las que estos actores trabajaron ayer nomás pero no ven un peso pese a sus urgencias cotidianas o en muchos casos viviendo de la caridad ajena.

Esta situación lo moviliza y no por él, insistimos, pero con su nombre, con su prestigio cuando no con su don de gente, en suma como persona admirable que es, inicia un movimiento actoral.

Ante una pregunta de Marcela responde:

–        “Sí, soy el presidente de Sagai, la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes, una asociación civil sin fines de lucro que gestiona y administra colectivamente los derechos de propiedad intelectual de actores, bailarines y dobladores. Y tengo el honor de estar con Federico Luppi (vicepresidente), Jorge Marrale (secretario), Osvaldo Santoro (secretario suplente), Martín Seefeld (tesorero) y Pablo Echarri (protesorero) en una hermosa casona de Marcelo Torcuato de Alvear 1490. Es Marcelo T. y Paraná, en la Ciudad de Buenos Aires. Y por si alguien quiere llamar por teléfono para preguntar algo: 5219-0632. Ser socio es gratuito y venimos teniendo cada vez más inscripciones porque los actores, bailarines y dobladores se dan cuenta de lo que es Sagai… Si quieren enviar un mail pueden hacerlo a info@sagai.org o venir a la sede de Marcelo T. de Alvear 1490 de 9.30 a 13 y de 14 a 17.30. Siento que ahí desarrollo una vocación de servicio: si un actor tiene un problema, si espera familia o si tuvo dificultades con alguno de sus trabajos, estamos en Sagai para ayudar, para defender nuestros derechos”

Don Pepe es así: cristalino, abierto, bonachón. Buen tipo que disfruta tendiendo una mano amiga, agregando (que)  “Los que estamos en Sagai trabajamos con mucha responsabilidad. El actor, al igual que el resto de los intérpretes, tiene derechos de propiedad intelectual vinculados con su interpretación, de carácter patrimonial y de carácter moral. Yo tengo vocación de servicio y por eso puedo hacerlo y trabajo en Sagai con mucho amor. También está la Fundación de Sagai, que ayuda a muchos actores, bailarines y dobladores enfermos, o a quien espera un hijo y tiene dificultades. La remuneración que un actor cobra por la Asociación Argentina de Actores, de carácter laboral, es absolutamente independiente de aquella que cobra por Sagai, que es de carácter intelectual. Hay que comprender que no vivimos solos, estamos en una comunidad y es importante ayudarnos, querernos y contar con el otro. Y tuvimos la alegría de que hayan premiado a la revista de Sagai: Arlequín. Recibió el premio Teatros del Mundo 2011 en el rubro “Revistas, trabajos destacados”

Para cerrar esta crónica de un buen tipo, de un ser excepcional, de aquellos que lamentablemente no sobran y sí faltan, podríamos decir muchas cosas, dejar volar nuestro pensamiento hacia la luz de la admiración que nos motiva este hombre que, además, es persona.

Pero dejemos que el mismo esboce un pensamiento y que lo cuenta de cuerpo entero.

“Yo siento una gran alegría cuando podemos ayudar a algún compañero que se enfermó o a alguna compañera que está por tener familia, siempre digo: “Sostengámosle el hijo que está por venir”. Nadie vive solo. Y el que vive solo tiene que vivir en la selva, como una bestia. Vivimos en comunidad y por eso hay que contar con los otros cuando estamos pasando por un momento donde necesitamos ayuda. ¡Es tan importante ser solidarios!”

Nada más para agregar cualquier otra palabra redundaría en lo ya expresado y en lo que sentimos por Don Pepe. Sólo habría que agregar nuestro agradecimiento a Marcela Stieben y a Página/12 por habernos facilitado dar rienda suelta a nuestra inspiración para rendirle culto a quien es ejemplo de hoy y lo será para futuras generaciones.

Imagen gentileza lacapitalmdp.com

 

 

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