Queríamos agradecerte, una, mil veces, que estés.
Que nos leas, aciertos y los otros muchos acontecimientos que no llegamos a dar difusión, que siguieron su curso, a los muchos momentos que nos falto captar de nuestros barrios y comunas y nos hubiese encantado que sean parte de cada día, de cada edición. Y hoy, te queremos proponer que nos llames y dejes tu inquietud, o tus escritos para ser leídos, entendidos y multiplicados, en un «nosotros», que es lo que somos: comunidad.
Hoy, en la web leía esto que me conmovió y te comparto.
Es de Franz Kafka y dice algo así: «Me avergoncé de mí mismo cuando me dí cuenta de que la vida era una fiesta de disfraces; ¡y yo asistí con mi rostro verdadero!», así tan al desnudo como la realidad.
Ahora, que sabemos que solos no somos nada, es el tiempo de la resiliencia, del estar con los que necesitan del abrazo y la escucha, porqué no de un mate, la charla en una plaza del barrio, donde podamos vernos, conocernos, ya que hace tiempo y más tiempo que estamos.
Vaya como saludo y encuentro online, este relato que me surgió como necesidad. De acá, de adentro.
Que las noticias que nos agobien sean rumiadas, de poder rumiarlas entre varios para sacar su esencia. Que el desaliento no te pueda.
Primero los que se fueron, dejando lo mejor de sí en cada gesto, y quizá por no hablar tristezas, broncas y olvidos se permitieron partir en seis meses, así queremos recordar a Jorge Alberto Rovner. El Colorado Rovner, que recorrió el barrio y cada calle sin bajar los brazos, buscando al vecino. Fuera de toda careta el corazón y las manos dispuestas a dar. Tanto como asombrado y feliz siempre de saber que teníamos a Carlitos Balá, el hombre niño que visitaba hospitales para estar con los chicos que necesitaban de su presencia, acaso como medicina y magia para su salud: simple, Pureza y Amor, Humor del Alma.
A fuerza de no venderse, el Colorado Rovner, se fue un 26 de diciembre, de hace cinco años y nos sigue guiando hacia lo Bueno, Bello y Verdadero. Ante su consigna, es que seguimos tratando de entrelazar, tender la mano, y no es joda, va en ese sentido la cosa.
A ustedes que recién llegan a los nuevos lectores y a los que nos siguen año tras año, les decimos que están abiertas las puertas para su expresión o necesidad. Eso: que estamos.
Les decimos que a nadie olvidamos, desde aquel tiempo, recién llegada la Democracia, hasta hoy vemos y reconocemos a las nuevas generaciones que llegan, con toda su formación y enfoque, centrado en las necesidades actuales de la persona, la comunidad y el barrio, los barrios.
Los mil lugares del hacer, lo anónimo que construye, tiende puentes y entrelaza sentidos y pertenencias Todo conformado por personas, como vos y yo, con la mirada puesta en el otro, un otro que sigue siendo parte de nuestro espejo.
Que hermoso sería que entrenemos como deportistas en el Oficio del Entendimiento y La Mirada, allí donde se amplían los horizontes, generosos del quehacer vecinal, del sentido de las cosas. Estamos dispuestos a la escucha y el baile colectivo.
Quiero decir: esperamos a ustedes, los mas jóvenes y el poder de su inteligencia, su capacidad de análisis también. Su palabra es importante, su pensamiento hará que estos tiempos, sean atravesados por la ética que los nombra y hace necesarios.
Gracias a todos y a cada uno, el poder del abrazo es real, y somos, constituímos una comunidad donde pertenecés vos también, como lo es pertenecer al barrio, y a cada historia. Por eso los abrazos y los encuentros, son posibles y a partir de 2024 más que nunca; Aquí estamos, Feliz 2024 Amigos y Vecinos!!!