No nos cabe duda que la Argentina es un país particular. Tanto que un cómico alguna vez dijo que fuimos bajados de la Internet. No nosotros, el país.
Y a fuerza de los hechos, marcha y contramarchas, nobleza obliga por algunas cosas, empezar a darle crédito a la humorada.
Por un lado, algunos medios de comunicación que más que la obligación profesional de informar práctican la “guerra periodística” ante algún pedido insatisfecho por las autoridades de turno convirtiéndose en una suerte de gangster: ¿Será necesario traer a Eliot Ness para combatir esas prácticas malsanas?
Otros medios con un machismo desenfrenado eligen en muchos casos no una conductora capacitada sino aquella de curvas prominentes. ¿Es acaso que una mujer es una vagina, un útero, un par de lolas atrayentes? No lo creemos y en todo caso, la costumbre de esos medios parecen decirlo.
En los últimos días de un año como lo importante es el negocio para unos y otros. Siguen la misma prédica deprimente, agobiante y lamentable. Descorchando una sidra cuando encuentran algún femicidio, un asesinato, un cadáver tirado junto a un basural, la tortura de un jubilado y demás hecho lamentable.
¿Será que no tienen capacidad de encontrar algo que nos sirva como lección, como enseñanza, como proyecto de futuro? Capacidad tienen, lo malo que lo único que vale para éstos es el negocio.
Esa humorada parece darnos la razón en la elaboración de estas líneas. Nos encontramos con los petardistas profesionales que cuando gobernaron sólo se dedicaron a plantar unas florcita en alguna plaza muy concurrida y ahora, con una desfachatez digna del libro de los records, reclaman cosas que no hicieron porque no era rentable.
¿Será cierto que bajaron la Argentina de la internet? ¿Podrá ser posible que le metan la mano en los bolsillos a los jubilados –algo a todas luces inconstitucional- y rebajen las retenciones al campo por ejemplo? Será una ilusión los tarifazos, el aumento de los colectivos, el gas, la luz y todo aquello que atenta contra todo acto de justicia?
Para donde está mirando este gobierno y si aún fuese cierto que en los próximos tiempos los jubilados ganarán algo más como creen que sobrevirán ahora? Tal vez a este gobierno tan desastroso como el anterior habría que obsequiarle la lámpara de Aladino.
Esperemos que no nos hayan bajado de Internet.
Visitar algunas calles nos encontramos con aquellos que dicen ser solidarios, que usan la palabra porque no practican esa solidaridad pero si la convierten en un pingüe negoción.
Se llenan la boca con esta palabra pero sólo son solidarios con sus intereses hablando y hablando de temas que a ellos les conviene, no a las personas a las cuales no les importa.
Comienzan un nuevo año, el 2018 precisamente.
Es de esperar que se den cuenta todos y cada uno de los aludidos, que primero están las personas luego ellos.
Pero también es de esperar que no les corten la lengua. No sea cosa que deban jubilarse por invalidez.
PUBLICADO DÍA 2.1.2018