LO SIENTO: Por no cuidarte de la mejor manera, por abusar de tus ríos, cauces y aguas naturales, por no apreciar tus montañas y no engrandecer mis ojos en armonía cuando el amanecer toca mis hombros.
PERDONAME: Porque he pasado de prisa y he obviado el canto de los pajaritos y el susurro del agua, por tus árboles talados que duelen como si fueran extraídos de tus pulmones, por evadir la responsabilidad humana, por no aprender de la sutil caricia de una flor, por suprimirte con la tecnología y no distinguir entre conectar y estar.
GRACIAS : por los alimentos que en nuestra mesa familiar nunca faltan, por darnos un arcoiris de colores y sabores, por el viento, por la brisa, por la arena, por los guardianes de los mares, las ballenas y defines, por la Bio diversidad mundial, por los abrazos que permiten conectar con el árbol de la vida en su totalidad.
❤️TE AMO : Por permitirnos en esta dimensión estar, por las nubes, el cielo, la luna, las estrellas, el sol, el olor de la tierra, las tormentas que nos hacen recordar que después de todo se puede volver a empezar, por tu resiliencia por tu fuerza. Porque cada noche giramos contigo y nos llevas al comienzo de un nuevo día en nuestro despertar.
Gracias, PACHAMAMA por tu fertilidad, abundancia y riqueza un abrazo de luz te quiero dar, en nombre de la humanidad.
Cada primero de agosto se celebra en muchas regiones de Argentina y América Latina el Día de la Pachamama, una festividad que tiene sus raíces en las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios. La Pachamama, o Madre Tierra, es una figura central en la cosmovisión andina, representando a la tierra como un ser vivo y sagrado que provee y sostiene la vida.
La celebración del Día de la Pachamama tiene sus orígenes en tiempos precolombinos, cuando las comunidades autoctonas rendían homenaje a la tierra para agradecerle por los frutos recibidos y pedirle protección para las futuras cosechas. Esta tradición ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue viva hoy en día, adaptándose a las nuevas realidades pero conservando su esencia.
El ritual principal que se lleva a cabo en este día es la «corpachada» o «convida a la tierra». En esta ceremonia, se cava un hoyo en la tierra al que se le llama «la boca de la Pachamama». En él, se colocan ofrendas que pueden incluir alimentos como hojas de coca, chicha, maíz, frutas, y hojas de coca, así como también bebidas y otros elementos que representan la abundancia y la gratitud. Este acto simboliza la devolución a la tierra de una parte de lo que ella nos ha dado.
Durante la ceremonia, se suelen quemar incienso y hojas de coca, se recitan oraciones y se realizan danzas tradicionales. En algunas comunidades, también se incluyen festivales con música y bailes típicos, donde se celebra con alegría y se refuerza el sentido de comunidad y pertenencia.
El significado de esta festividad va más allá de la gratitud hacia la tierra. Es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno natural y reconocer la importancia de vivir en armonía con la naturaleza. En un mundo donde la explotación de recursos y la degradación ambiental son problemas constantes, recordar y practicar estas tradiciones nos invita a repensar nuestra manera de interactuar con el planeta.
En la actualidad, muchas personas que no pertenecen a comunidades originarias también se suman a esta celebración, reconociendo el valor de honrar a la tierra y fomentar una relación más respetuosa y sostenible con el medio ambiente.
El Día de la Pachamama es, entonces, una ocasión para conectar con nuestras raíces y con la naturaleza, para agradecer y aprender a valorar el mundo que nos rodea. Celebrar a la Madre Tierra nos recuerda que somos parte de un todo y que nuestro bienestar está intrínsecamente ligado al cuidado y respeto de nuestro entorno natural.