Un reservorio hidráulico en construcción en el Parque Sarmiento busca reducir las crecidas en Núñez, Saavedra y Belgrano. El proyecto, impulsado por el Gobierno de la Ciudad, combina infraestructura y espacios públicos para mitigar el impacto de lluvias intensas.
En el corazón de Núñez, donde el arroyo Medrano históricamente desbordó tras tormentas fuertes, avanza una obra que promete cambiar la ecuación: la ampliación del reservorio del Parque Sarmiento. Con una capacidad final de 100 mil m³ (40 piletas olímpicas), la estructura retendrá agua durante lluvias extremas, beneficiando directamente a 9 mil vecinos linderos al parque y a otros 191 mil en barrios aledaños.
La obra, parte del Plan Hidráulico porteño, priorizó acelerar plazos ante la frecuencia de eventos climáticos adversos. A diferencia de sistemas subterráneos, este reservorio funcionará como un lago temporal en emergencias y como área deportiva (canchas de fútbol) en condiciones normales. Según datos oficiales, la inversión supera los $712 millones, con un diseño que permite drenar el agua de forma controlada hacia el sistema pluvial.
Núñez: epicentro de la transformación
El barrio, ubicado en una zona baja de la cuenca del Medrano, concentra los mayores riesgos de anegamientos. La excavación de 120 mil m² de suelo no solo aumentará la retención de agua, sino que reconfigurará el espacio público local. Aunque la obra no elimina por completo las inundaciones, reduce el tiempo de exposición al riesgo durante tormentas críticas.
El proyecto se enmarca en una red más amplia: desde 2007, la Ciudad ejecutó 83 km de obras hidráulicas, con inversiones que superan los u$s500 millones. Mientras en Núñez se avanza con el Medrano, otros ramales secundarios —como Elcano (Colegiales) y Castañón (Villa Soldati)— están en fase de construcción o planificación.
Datos fríos, desafíos vigentes
Aunque el reservorio es un paso técnico relevante, especialistas advierten que las soluciones hidráulicas requieren mantenimiento constante y adaptación a proyecciones climáticas más severas. Además, vecinos de Núñez reclaman mayor información sobre plazos exactos de finalización y protocolos ante alertas meteorológicas.
La obra, prevista para concluir en 2025, no resuelve por sí sola vulnerabilidades en zonas como Coghlan o Belgrano, donde persisten puntos críticos. Sin embargo, marca un avance concreto en un área históricamente afectada.
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